A medida que cambia la dinámica económica y social, aumenta el número de adultos jóvenes que vuelven a vivir con sus padres, un fenómeno descrito a menudo como la "generación boomerang". Una encuesta reciente encargada por NatWest pone de relieve esta tendencia creciente, revelando que casi una cuarta parte (23%) de los padres británicos han tenido a sus hijos adultos de vuelta en casa, normalmente por un período de unos dos años.
La investigación, llevada a cabo por Yonder Consulting y basada en las respuestas de 2.000 adultos británicos, reveló que la edad media de los que vuelven a casa es de 26 años
. Además, el 42% de las madres encuestadas dijeron que estarían encantadas de acoger a sus hijos cuando fueran adultos, al igual que algo más de un tercio (34%) de los padres.
Nos hemos puesto en contacto con la psicoterapeuta familiar Fiona Yassin, fundadora y directora clínica de The Wave Clinic, que ha destacado algunos de los posibles retos que pueden surgir en esta situación de convivencia y ha compartido algunos consejos sobre cómo las familias pueden afrontar con éxito esta transición.
¿Cómo puede cambiar la dinámica cuando los hijos mayores vuelven a casa tras un periodo de vida independiente, y qué posibles conflictos pueden surgir
? "Aunque puede ser muy gratificante, vivir con hijos adultos no es algo en lo que muchos padres hayan practicado, por lo que puede requerir mucha navegación", reflexiona Yassin.
"Uno de los retos de tener un hijo adulto en casa es que ahora tiene sus propios puntos de vista y opiniones, y no necesariamente coinciden con los de los padres. "
Además, normalmente tanto los padres como el hijo adulto siguen trabajando, por lo que a menudo las presiones y el estrés del lugar de trabajo vuelven al entorno del hogar compartido.
"Esto puede ser difícil de manejar", reconoce Yassin. "También puede ocurrir que tanto el padre como el hijo adulto trabajen desde casa y necesiten espacio para concentrarse o hacer llamadas de trabajo en privado. Establecer unos límites claros sobre quién trabaja dónde y a qué horas ayudará a evitar que se produzcan problemas más adelante".
A continuación, Yassin nos da otros consejos sobre cómo manejar esta situación para que sea beneficiosa para todos...
Establecer límites antes de que surja un problema
"Las conversaciones difíciles, como las que giran en torno al dinero, el sexo y las relaciones, deben establecerse por adelantado", aconseja Yassin. Para mantener una relación sana y positiva, es muy importante establecer límites y normas antes de que surja un problema
". "Aunque seáis una familia y tengáis una historia, una herencia y unos recuerdos comunes, sois personas diferentes que pueden tener puntos de vista distintos; por eso, hay que establecer desde el principio qué está bien y qué no".
Comunicación clara y abierta
"Es importante mantener una comunicación clara y abierta y hacer saber a la otra persona cuándo se está o no preparado para mantener una conversación acalorada o delicada", dice Yassin.
"Evita tener conversaciones difíciles cuando la otra persona está haciendo su vida cotidiana, por ejemplo, cuando está desayunando o acaba de llegar del trabajo, ya que puede parecer una intromisión
".
Hablar de la aportación de los padres si hay nietos de por medio
"Muchos hijos adultos vuelven a casa cuando las relaciones se rompen, lo que significa que también pueden traer a sus propios hijos al hogar familiar", reconoce Yassin. Aunque vivir en un hogar multigeneracional puede ser muy beneficioso, también puede resultar difícil
", explica Yassin. "Es importante que los hijos adultos piensen en la participación que les gustaría que sus padres -los abuelos de los niños- tuvieran en la educación de los niños, y que ambas partes pongan límites si es necesario". "
Ser respetuoso
"La clave es respetarse mutuamente y mantener conversaciones sinceras sobre lo que funciona y lo que no", dice Yassin. "Puede ser útil que los adultos del hogar se reúnan una vez a la semana para hablar de lo que ha funcionado bien, de lo que convendría cambiar y de los aspectos en los que se podría necesitar más apoyo o más espacio la semana siguiente".
Piense en los beneficios
"Cuando padres e hijos adultos comparten el hogar, el bienestar puede verse muy beneficiado", subraya Yassin. "Ambas partes pueden beneficiarse de la compañía adicional que supone vivir el uno con el otro". "
La compañía puede ayudar a reducir la soledad, la depresión y la ansiedad".