Ahora, viviendo en Portugal y siendo testigo del inmenso impacto de la empresa aquí, me encuentro apreciando su influencia a través de una lente mucho más amplia, una que abarca economías, culturas y transformaciones estratégicas.

En Portugal, Bosch es más que una empresa extranjera que opera en el extranjero. Con más de 6.800 empleados, Bosch se ha integrado profundamente en el paisaje industrial portugués. Su crecimiento en 2024 -unaumento del 14,3% en las ventas hasta alcanzar los 2.400 millones de euros-no es sólo un logro financiero. Es un reflejo de la creciente importancia de Portugal como centro estratégico de tecnología avanzada, innovación y exportaciones mundiales.

Lo verdaderamente notable es que el 97% de la producción de Bosch Portugal se exporta a más de 50 países, lo que convierte a la empresa en el quinto mayor exportador del país. Sus actividades contribuyen a casi el 1% del PIB de Portugal, lo que subraya no sólo su peso económico, sino también su papel como motor del comercio internacional. Viniendo de Alemania, un país donde las exportaciones son fundamentales para la identidad nacional, es fascinante ver cómo Bosch aplica la misma filosofía de cara al exterior en Portugal, ayudando a internacionalizar la economía local.

El éxito de Bosch no es casual. La empresa ha desarrollado estratégicamente sus actividades en Braga, Aveiro y Lisboa. En Braga, Bosch está liderando el cambio de los sistemas tradicionales de infoentretenimiento a las tecnologías de movilidad de próxima generación: ordenadores de a bordo, cámaras y sensores esenciales para los vehículos conectados y autónomos. Mientras tanto, Aveiro se está convirtiendo en un centro de tecnologías de eficiencia energética, en particular la producción de bombas de calor, un área que está ganando relevancia a medida que Europa intensifica su transición energética.

En Lisboa, el centro de Soluciones de Servicio de Bosch se está expandiendo rápidamente, trayendo ingenieros y especialistas para apoyar las operaciones globales de la empresa. Incluso cuando vendió sus instalaciones de Ovar -un movimiento impulsado por la transformación tecnológica y la optimización de la cartera- absorbió 150 ingenieros en sus esfuerzos globales de I+D. Esto demuestra cómo Bosch equilibra la reestructuración con la inversión a largo plazo en conocimiento e innovación.

También es notable que el crecimiento de Bosch en Portugal se produzca a pesar de los desafíos globales. Mientras que los ingresos globales de la empresa disminuyeron un 1,4% en 2024, la sucursal portuguesa desafió la tendencia. Esta resistencia demuestra la sinergia entre la herencia alemana de precisión de Bosch y los puntos fuertes de Portugal en innovación, adaptabilidad y capital humano cualificado.

Como alguien que ha visto a Bosch desde ambos lados del Rin y ahora del Atlántico, veo su trayectoria portuguesa como un ejemplo convincente de cómo las empresas multinacionales pueden tener éxito invirtiendo localmente, pensando globalmente y adaptándose continuamente a las nuevas tecnologías. Portugal es un país pequeño, pero su papel en el futuro de Bosch no tiene nada de pequeño. Es una asociación basada en la confianza, el potencial y la ambición compartida de lo que la industria moderna puede lograr.


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Paulo Lopes is a multi-talent Portuguese citizen who made his Master of Economics in Switzerland and studied law at Lusófona in Lisbon - CEO of Casaiberia in Lisbon and Algarve.

Paulo Lopes