Las estimaciones actuales sugieren que hay unos 354 linces en Portugal, frente a entre 190 y 390 lobos. En toda la Península Ibérica, las cifras son parecidas: unos 2.400 linces y 2.500 lobos. Este cambio refleja tendencias poblacionales opuestas: mientras que el número de linces aumenta rápidamente gracias a los esfuerzos de conservación, el lobo ibérico sigue disminuyendo.

El censo nacional de lobos más reciente, publicado en diciembre de 2024, utilizó datos recogidos entre 2021 y 2022, la primera actualización desde el estudio anterior de 2002-2003. En cambio, la población de linces se controla anualmente a ambos lados de la frontera a través de proyectos transfronterizos de cría en cautividad, reintroducción en el hábitat, compromiso comunitario y financiación sostenible de la UE.

Créditos: Imagen suministrada; Autor: Staffan Widstrand;

Pedro Prata, jefe de equipo de Rewilding Portugal, atribuye la recuperación del lince a un esfuerzo coordinado en el que han participado organismos públicos, ONG y donantes internacionales. Mientras tanto, a pesar de estar legalmente protegido desde 1988, el lobo ibérico se enfrenta a retos constantes: la falta de un plan nacional de conservación eficaz, el apoyo limitado de los ganaderos y la persecución ilegal.

Los conservacionistas consideran que esta posible inversión de las tendencias poblacionales es un signo revelador de las diferentes prioridades de conservación en Portugal. El declive continuado del lobo ibérico en Portugal podría alterar los ecosistemas naturales y provocar un aumento del número de jabalíes y otros ungulados, con repercusiones en la agricultura y la biodiversidad.

Rewilding Portugal reclama medidas urgentes y específicas para el lobo -similares a las que han beneficiado al lince- centradas en fomentar la coexistencia sostenible entre depredadores y comunidades humanas.