Hablando de comida y vino, el Oporto es, por supuesto, el vino más versátil de todos. Compartir una tabla de quesos mientras se saborea una copa de Oporto es uno de los grandes placeres de la vida. Y nunca debemos olvidar lo perfectamente que el Oporto puede maridar con muchos postres.Hay pocos maridajes tan deliciosos como el de un Taylor's 10 años con un trozo de tarta de manzana o de almendras, o el de un Taylor's Late Bottled Vintage con un plato de brownies de chocolate. Pero es en ese momento mágico en el que se retiran las tazas de café y la conversación empieza a fluir cuando el Oporto cobra todo su sentido.
El gran escritor francés Alexandre Dumas escribió una vez que la cena no es sólo comida, sino también una buena conversación, que "debe brillar con los rubíes del vino entre los platos, ser deliciosamente suave con la dulzura del postre y adquirir verdadera profundidad con el café". Y, podría haber añadido, alcanzar cotas sublimes con el Oporto. Porque no hay nada como el Oporto para inspirar el arte de la buena conversación.