Producida en 2002 por la Fábrica de la Moneda italiana, la moneda debía seguir el formato estándar: pequeña, ligera y con el Castel del Monte en el reverso, pero debido a errores de producción, ha adquirido un valor muy superior a su valor facial.

En una edición muy limitada, se imprimieron por error unas pocas con el diámetro de las monedas de 2 céntimos y una imagen de la Mole Antonelliana, que suele aparecer en las monedas de mayor valor.

Este error no pasó desapercibido y más tarde se descubrió que era el resultado de una manipulación deliberada por parte de un empleado de la Fábrica de la Moneda; aunque muchas fueron retiradas de la circulación, es posible que todavía queden algunas por ahí. En 2013, la empresa italiana Bolaffi -especializada en subastas de objetos raros- puso a la venta seis de estas monedas, con un precio de salida de 2.500 euros y una se vendió finalmente por 6.600. Según su director, estas monedas se consideran "obras maestras" de la numismática contemporánea, no tanto por su valor nominal, sino por su rareza y la historia que encierran. Es poco probable, pero una de estas monedas puede haber escapado a las autoridades, así que la próxima vez que eche mano a su cartera, fíjese bien.