El arte especial de los mosaicos portugueses se define por los pavimentos y aceras decorados que pisan miles de personas cada día, aunque sean ricos en historia.
Se cree que la Calçada Portuguesa se estableció en 1842, cuando los artesanos, llamados "Calceteiros", empezaron a crear este pavimento tan especial. Además de toda la belleza, tienen una finalidad infraestructural, al dejar correr el agua por sus grietas, lo que puede ser beneficioso durante los días de lluvia. Además de no acumular agua, la lluvia puede hacer que resulte resbaladizo, lo que exige un cuidado especial al caminar por él cuando el tiempo no acompaña.
El método de elaboración de estas calles es el mismo que hace un siglo. Se necesita mucho tiempo y esfuerzo para hacer los diseños perfectos, que también pueden verse al otro lado del Atlántico, en Brasil.
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