En declaraciones a la agencia de noticias Lusa, Artur Gregório, de la asociación In Loco, señaló que el proyecto comenzó a gestarse hace unos dos años, basándose en "otras iniciativas" ya puestas en marcha en el pasado para crear "instrumentos y herramientas que faciliten esta conexión entre producción y consumo", como los proyectos Prove o Prato Certo.
Durante ese periodo, los socios escucharon a productores, consumidores y asociaciones de productores y de desarrollo para "identificar qué herramientas, metodologías y modelos organizativos" podían ayudar a "aumentar esta conexión entre producción y consumo", explicó.
De este diálogo surgió la necesidad de crear una "plataforma, un punto de encuentro para el diálogo y el conocimiento" que proporcionara a productores y consumidores una "herramienta digital" para facilitar la comunicación entre las partes, señaló.
"Pero, ¿es indispensable la plataforma digital? No es imprescindible, es sólo una herramienta, porque lo más importante es la metodología, el modelo, el modo de gobernanza, la confianza que se genera entre productores y consumidores que se organizan en una aldea", para distribuir una producción agroalimentaria de calidad, sin intermediarios y con mayor beneficio para el productor, consideró.
Con la creación de agroaldeas se pretende "consolidar" la confianza entre productores y consumidores y "dar lugar a intercambios", incrementando la "lógica de la producción local, la producción sostenible, los métodos de producción sostenibles y el estilo de vida mediterráneo", definió.
"Todos ellos son elementos que dan personalidad y características propias a estos pueblos, y queremos que tengan continuidad autónoma [...] y, al final del proyecto, que los pueblos tengan continuidad porque sus gestores son miembros de la comunidad, son miembros de los productores y consumidores que los mantendrán y revitalizarán en el futuro", añadió.
El objetivo final es garantizar "la continuidad y el crecimiento mucho más allá del horizonte del proyecto" y después extender las agroaldeas a otras subregiones, como Barlavento (oeste) o Sotavento (este), en el caso del Algarve, subrayó.
Artur Gregório destacó que estos proyectos piloto serán las "primeras semillas" en cada región, y el espacio de São Brás de Alportel aprovechará las instalaciones que In Loco ya tiene en el municipio algarvío para "crear las condiciones" propicias para fomentar la proximidad entre la producción y el consumo.
"Pueden tener diferentes formas de organización, dependiendo en gran medida de sus necesidades. Si los productores de una región prefieren tener un punto de distribución en un lugar y en un momento dado, puede ser diferente en otro lugar [...]. Por lo tanto, es esta combinación de necesidades y la propia disponibilidad del suministro lo que crea la solución ideal para cada región", añadió Artur Gregório.
Financiado por el Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR) en el ámbito de los proyectos de investigación, desarrollo e innovación, el proyecto cuenta con un "partenariado muy amplio" en el que participan varias entidades, como los institutos politécnicos de Coimbra y Oporto, la Dirección Regional de Agricultura y Pesca del Centro, New Organic Planet, y la asociación In Loco, responsable de su implantación en la región del Algarve.
La inauguración de la agroaldea del Algarve, en São Brás de Alportel, está prevista para el 27 de noviembre a las 17h.








