Además de ser muy enigmático, Mesas do Castelinho no sólo nos ayuda a comprender a los primeros habitantes de Portugal, sino también cómo la arqueología puede ser destructiva cuando se hace con las intenciones equivocadas. No obstante, sigue siendo reconocido como un importante yacimiento arqueológico, y la curiosidad de su propietario siguió adelante y se realizaron excavaciones a fuerza bruta para encontrar el legendario oro del Hombre Lagarto.

Cuenta una leyenda que una mujer fue invitada por su vecina a visitar su casa, pero al visitante no se le permitió pronunciar la palabra "Dios". La anciana condujo a su visitante a su casa, que se encontraba bajo tierra. Al entrar, el visitante constata la riqueza: había oro, plata y cobre por todas partes. ¡Verdaderamente un tesoro escondido! Lo más sorprendente fue cuando la visitante vio que el marido de la señora era mitad hombre, mitad lagarto. Asombrada por lo que estaba viendo, gritó "¡Dios!", y la casa se derrumbó, enterrando allí la casa y todas sus riquezas.

Los lugareños creen que esta leyenda tuvo lugar en Mesas do Castelinho; por eso, en 1986, se revisó el lugar con máquinas, destruyendo partes de la estructura histórica. Sin embargo, no se encontró nada.

Cuando se pasa un tiempo en Almodôvar, es difícil sentir la influencia de la leyenda en el pueblo, que tiene pequeñas calles, una calle encantadora y casas construidas en el típico estilo alentejano.

Pero aún cabe preguntarse si el tesoro del Hombre Lagarto sigue enterrado en algún lugar.