El sector del juego en línea del sur de Europa está cambiando rápidamente. Ambos países quieren entornos más seguros y controlados, pero sus planteamientos demuestran lo distintas que pueden ser las respuestas de los gobiernos a los mismos retos.

En Italia, los reguladores están reconstruyendo el sistema desde cero. En Portugal, los legisladores se debaten entre el crecimiento del sector y una supervisión responsable. Estas decisiones divergentes revelan dos visiones opuestas del futuro del juego regulado.

La drástica consolidación del mercado italiano

El mercado italiano cambió casi de la noche a la mañana tras la introducción del nuevo marco regulador a finales de 2025. La Agencia de Aduanas y Monopolios, conocida como ADM, creó un reset que obligó a todo el sector a reorganizarse. Los operadores que antes dependían de largas listas de dominios conjuntos ya no tienen esa opción.

La nueva norma es sencilla. Una licencia significa un dominio. Sólo esto reduce la lista activa de más de 400 sitios a sólo 52. El objetivo es reducir el desorden y concentrar el mercado en un espacio que los reguladores puedan supervisar con más confianza.

El elevado coste de entrada refuerza ese objetivo. Una licencia de nueve años cuesta ahora 7 millones de euros, lo que empuja a los operadores más pequeños hacia el cierre o la fusión. Italia quiere un mercado construido en torno a la estabilidad y no al volumen, y sólo podrán permanecer en él las empresas financieramente resistentes.

Esta consolidación reconfigura el funcionamiento de todo el sector. Los grandes operadores se centran ahora más en la calidad, la fiabilidad y la confianza, lo que los reguladores esperan que cree un entorno digital más tranquilo que el ecosistema fragmentado de años anteriores.

Qué pueden esperar los agentes de un sistema más estricto

Un mercado más controlado cambia el aspecto de los servicios. Con menos operadores autorizados, las empresas que quedan deben competir a través del valor y la experiencia, no de la cantidad. Muchas están mejorando la atención al cliente, perfeccionando las interfaces y simplificando la navegación, porque ahora los jugadores fieles importan más que una larga lista de skins.

Las prácticas promocionales también están evolucionando. Por ejemplo, algunas marcas de primer nivel siguen utilizando herramientas conocidas, como las tiradas gratuitas sin depósito, pero ahora estas ofertas forman parte de un enfoque más personalizado, en lugar de un impulso de marketing masivo. En el nuevo marco, las bonificaciones se definen con más precisión y sirven más como prueba del producto que como táctica agresiva de captación.

El proceso de inscripción también es más estricto. Italia exige ahora identificarse mediante el sistema de identidad digital SPID o un DNI electrónico. Esto añade fricción, pero el objetivo es reforzar la protección y reducir las lagunas que antes permitían el acceso a menores o la suplantación de identidad. El sistema puede parecer firme, pero crea un entorno más seguro para todos los usuarios legítimos.

Portugal lucha por la visibilidad de la publicidad

Mientras Italia se centra en la consolidación, Portugal debate cuánta visibilidad debe tener el juego. El país registró un aumento de los ingresos del 9,6% en el segundo trimestre de 2025, lo que reforzó la presencia del sector. Ese crecimiento, sin embargo, desencadenó nuevas presiones políticas en favor de límites más estrictos.

Varios partidos de izquierdas quieren normas mucho más estrictas, incluida la prohibición de anuncios de apuestas en horario diurno o en las redes sociales a través de influencers. Los partidarios argumentan que estas medidas protegen a las familias de una exposición constante. Los opositores insisten en que la publicidad responsable ayuda a los consumidores a identificar qué sitios tienen licencia y cuáles no.

Este enfrentamiento ha convertido el Parlamento en un campo de batalla entre quienes quieren un mercado modernizado y claramente identificable y quienes dan prioridad a los problemas de salud pública. El resultado decidirá la visibilidad de las empresas de apuestas en los medios de comunicación portugueses y si el actual modelo de mercado abierto se hace más restrictivo.

Cada país afronta el mercado negro de forma diferente

Aunque Italia y Portugal discrepan en materia de publicidad y concesión de licencias, ambos se enfrentan a la misma amenaza de los operadores no regulados. Sus estrategias difieren porque sus sistemas se asientan sobre bases distintas.

Italia se apoya en la aplicación técnica. Los bloqueos de pagos, dominios y umbrales financieros pretenden reducir el espacio en el que pueden operar las plataformas ilegales. Un mercado más pequeño y claramente definido es más fácil de vigilar.

El reto de Portugal es más complicado. Si se restringe demasiado la publicidad, las marcas con licencia corren el riesgo de perder visibilidad, lo que puede empujar involuntariamente a los consumidores hacia plataformas extraterritoriales poco seguras. Los líderes del sector advierten de que, sin señales claras que identifiquen los sitios legítimos, los operadores no regulados serán más difíciles de detectar.

Ambos países están de acuerdo en una cosa. Compartir información sobre actividades ilegales es esencial y la cooperación transfronteriza va en aumento.

Lo que 2025 significa para el futuro

Este año marca un momento decisivo para ambas naciones. Italia ha bloqueado su estructura durante casi una década. A menos que los futuros gobiernos revisen los requisitos financieros, la lista de operadores autorizados seguirá siendo reducida y estable. Los debates en Italia probablemente pasarán del acceso a temas como las normas de patrocinio y las herramientas de protección de los jugadores.

El rumbo de Portugal sigue siendo incierto. El resultado de sus debates legislativos en curso influirá en la próxima década de regulación. Si se aprueban límites estrictos a la publicidad, el sector podría contraerse o desplazarse a canales menos visibles. Si triunfan los esfuerzos de modernización, Portugal podría mantener un mercado abierto y transparente con mayores garantías sociales.

Al final, los dos países representan modelos contrapuestos. Italia está construyendo una fortaleza diseñada en torno a la estabilidad y la claridad. Portugal está experimentando cómo regular un sector en rápido crecimiento sin suprimirlo por completo. Los próximos años revelarán si el control estricto o la adaptación flexible producen un paisaje más sano y sostenible para la industria europea del juego en línea.