Como alguien que sigue y comparte el pulso diario de este ecosistema a través de revistas, plataformas tecnológicas y canales internacionales. Me inspiran constantemente las historias de innovación y resiliencia que surgen de las empresas portuguesas. Una de las novedades más emocionantes en este momento es la creación de Conkord, una nueva marca nacida de la consolidación de cuatro empresas tecnológicas de éxito: Readiness IT, Ritain.io, Latitudde y Red IT.
Cada una de estas empresas aportaba años de experiencia en software, nube y transformación digital. Ahora, unidas bajo el paraguas de Conkord, forman un nuevo y sólido actor con más de 550 profesionales y una presencia global, listo para abordar los retos tecnológicos más complejos. Lo que es particularmente convincente es que se trata de una iniciativa 100% portuguesa y construida sobre capital nacional, alimentada por talento local, pero diseñada para operar a una escala verdaderamente internacional.
Esta consolidación es más que un ejercicio de marca. Representa una alineación estratégica de capacidades, conocimientos y visión como ejemplo del tipo de pensamiento audaz e inteligente que la industria tecnológica de Portugal necesita para crecer. Al unir fuerzas, estas empresas ofrecen ahora soluciones integrales que van desde el asesoramiento digital y la consultoría de transformación hasta la entrega de software, la arquitectura en la nube y el desarrollo impulsado por IA.
La Inteligencia Artificial será un pilar fundamental de la estrategia de Conkord. No es un objetivo futuro; es un compromiso presente. A medida que las empresas de todo el mundo se replantean su forma de trabajar, automatizar y relacionarse con los usuarios, la IA deja de ser opcional. El objetivo de Conkord es situar a Portugal en la vanguardia de esta transformación, no sólo implementando la tecnología existente, sino innovando desde dentro.
Aquí es donde el papel de Portugal como centro tecnológico adquiere cada vez más importancia. Ya tenemos talento con ingenieros, diseñadores, analistas y emprendedores formados en algunas de las mejores universidades de Europa. Tenemos la infraestructura de redes fiables, centros de datos y energía limpia. Lo que más necesitamos es escala, visibilidad y posicionamiento estratégico. Y Conkord nos está ayudando a conseguirlo.
También es una señal clara para los inversores y los responsables de la toma de decisiones de todo el mundo de que las empresas portuguesas están preparadas para liderar y no solo apoyar proyectos digitales globales. Esto es especialmente relevante en un momento en el que muchos países buscan ecosistemas de innovación alternativos más allá de las potencias tradicionales. Portugal ofrece algo único: una mezcla de calidad, asequibilidad, talento, seguridad y estilo de vida difícil de igualar.
En mi trabajo, siento la gran responsabilidad de contar estas historias y mostrar al mundo que Portugal no sólo participa en la economía digital, sino que le da forma de manera activa. Leo e informo de múltiples fuentes todos los días porque este es un momento histórico para la tecnología portuguesa. Estamos siendo testigos de un cambio, y es crucial que mantengamos el impulso y, sobre todo, no sólo a través de discursos políticos, sino a través de acciones concretas, visión estratégica y narración internacional.
Lo que están haciendo empresas como Conkord no es sólo importante para su negocio, sino que, más que eso, es importante para nuestra reputación nacional como país que construye, innova y exporta tecnología. Este tipo de historias de éxito ayudan a atraer más talento, más asociaciones y más inversión.
Y aunque celebramos con razón el ascenso de gigantes mundiales en Portugal, desde centros de datos a laboratorios de inteligencia artificial, son las iniciativas locales, como Conkord, las que nos dan confianza en que este ecosistema tiene raíces profundas y potencial a largo plazo.
Así que sí, esta es la historia de una nueva marca. Pero también es la historia de un Portugal que asume con confianza su papel como una de las economías digitales más prometedoras de Europa. Sigamos contándola. En voz alta, con claridad y en todo el mundo.