"Les traigo la noticia, que también fue anunciada tras el último Consejo de Ministros, de que hemos aprobado y concluido todo el proceso para inyectar arena precisamente en esta playa, [un tramo] de 6,5 kilómetros hasta Quinta do Lago", dijo Maria da Graça Carvalho a los periodistas.

La ministra hablaba durante una visita a Quarteira, en el municipio de Loulé, en el distrito de Faro, la zona del Algarve más afectada por la erosión costera. Allí se encuentra la Praia do Forte Novo, cuya arena desaparece a menudo en invierno debido a los temporales, que también destruyen las carreteras de acceso.

"Quinta do Lago ya no lo necesita, pero Garrão, Vale do Lobo, y de aquí en Quarteira en adelante, son muy importantes porque, como puede ver, aquí hay una gran falta de arena. De hecho, esas pasarelas que ven desde aquí han retrocedido. Esta playa ha retrocedido varios metros, retrocedió varios metros durante este invierno, y por lo tanto, es una intervención importante que cuesta 14,3 millones de euros", añadió.

Según el ministro, ya se ha concedido la autorización para la inversión y el proceso de licitación debería abrirse en breve, con todo listo para que las obras comiencen inmediatamente después de la temporada de verano, teniendo en cuenta que el proceso de licitación del proyecto dura entre cuatro y cinco meses.

"Cuando empiece la próxima temporada de baño, el año que viene, la obra estará terminada. Ese es nuestro calendario", estimó.

El pasado agosto, el Ministro de Medio Ambiente anunció una inversión de 16,7 millones de euros para proteger el litoral del Algarve, con obras en zonas costeras de Loulé y Portimão, que suman un total de ocho kilómetros.

La mayor intervención está prevista en el tramo Quarteira-Garrão (Loulé), con una inversión de 14,3 millones de euros. Se trata de la reposición artificial del lecho marino, que abarca un tramo de 6,6 kilómetros, combinando la reposición de arena con la protección de los acantilados.

El tramo de 1,5 kilómetros entre las playas de Vau y Três Castelos (Portimão) -con un coste estimado de 2,4 millones de euros- pretende utilizar el exceso de arena acumulado en las últimas décadas en Praia da Rocha para compensar la erosión en las playas vecinas.

El proyecto será financiado por el Programa Sostenible 2030, cuyo objetivo es mejorar los recursos naturales y promover el desarrollo sostenible.