Los resultados forman parte de un estudio del Centro de Investigación e Intervención Social del ISCTE, Instituto Universitario de Lisboa.

Los encuestados citaron la falta de transporte público eficiente, la ausencia de políticas públicas eficaces y los costes asociados como obstáculos para un comportamiento más responsable con el medio ambiente.

El estudio analizó los hábitos y percepciones medioambientales de los portugueses mayores de 45 años, y los resultados pusieron de manifiesto una desconexión entre la concienciación medioambiental y la acción.

"Existe una conciencia medioambiental generalizada entre la población portuguesa de edad avanzada, pero falta capacidad práctica para transformar esta preocupación en acción", afirmó Sandra Godinho, investigadora y profesora de Iscte, que coordinó el estudio "Actuar para las generaciones futuras" junto con la investigadora Margarida Garrido, citada en un comunicado en el que se anunciaba el estudio.

Según Sandra Godinho, "la mayoría reconoce la gravedad de los problemas medioambientales, pero cree que sus acciones aisladas tienen poco impacto. Se repite la idea de que corresponde al gobierno y a las empresas liderar esta transición, creando condiciones que faciliten -y hagan más accesible económicamente- la adopción de comportamientos sostenibles en la vida cotidiana".

Cuando se les preguntó por comportamientos responsables, los encuestados citaron principalmente la separación de residuos, la conservación del agua y la reutilización de bolsas.

Sin embargo, según los resultados del estudio, cuando se les preguntó por comportamientos concretos adoptados la semana anterior, el 42% no separó los residuos, el 43% no ahorró agua y el 38% dijo no haber reutilizado las bolsas.

En concreto, el 39% de los encuestados citó las dificultades económicas como motivo para no adoptar prácticas sostenibles, el 33% la falta de infraestructuras adecuadas, el 30% la falta de políticas públicas eficaces, el 18% la falta de información y el 15% la falta de costumbre o conveniencia.

Los autores del estudio señalan que las medidas que suponen cargas financieras adicionales son ampliamente rechazadas por los encuestados, con un 70% de oposición a los impuestos sobre la carne y los productos lácteos y un 67% de rechazo a los impuestos sobre los combustibles fósiles.

Y aunque el medio ambiente figura entre las principales preocupaciones, sólo el 6% de los encuestados, cuando se les pregunta directamente, manifiestan una gran sensibilidad por el tema. Los temas que más preocupan son la escasez de agua, la contaminación atmosférica y el agotamiento de los recursos naturales.

A la vista de los resultados, Sandra Godinho advierte que son necesarias más campañas de sensibilización para los mayores.

"Los mayores de 45 años juegan un papel decisivo porque, por un lado, constituyen la mayoría de la población y, por tanto, las decisiones que tomen pueden tener resultados efectivos" y, por otro, "son un grupo de edad que influye en los hábitos familiares, de consumo y en la formación de la opinión pública".

Los autores del estudio sugieren más y mejores campañas de sensibilización, con ejemplos prácticos de comportamientos sostenibles que no supongan costes adicionales, como evitar el desperdicio de alimentos o reducir el consumo de otros recursos.