justifica sus opciones estratégicas ni demuestra cómo se incorporaron las consideraciones medioambientales en su redacción.
Según AVE, la estrategia territorial esbozada en el PDM, sometido recientemente a consulta pública, refleja la consolidación y expansión de un modelo de "expansión urbana descontrolada". La asociación advierte de que este planteamiento supondría un "aumento significativo de los usos artificiales del suelo, con impactos negativos sobre la sostenibilidad territorial, contrarios a las directrices de planificación tanto nacionales como europeas."
El colectivo también ha planteado dudas jurídicas sobre los cambios, cuestionando la legitimidad de la alteración de las prioridades estratégicas y la reclasificación de determinadas parcelas rústicas en suelo urbano.
"Desde una perspectiva global, tanto el procedimiento como la propuesta no cumplen las expectativas cuando se analizan desde el punto de vista de la protección del medio ambiente y el interés público", declaró AVE, subrayando que las disposiciones del plan chocan con la ambición de Guimarães de convertirse en una "Ciudad de un Planeta".
Para mitigar los posibles impactos ambientales, AVE insiste en que deben crearse nuevos mecanismos de gobernanza que garanticen una gestión integrada del uso del suelo. La asociación se mostró dispuesta a colaborar en la configuración de esta estructura, pero esbozó unas condiciones estrictas: la creación de una Comisión Permanente de Urbanismo y Ordenación del Territorio, en el seno de la Asamblea Municipal, junto con un seguimiento riguroso a través del Informe sobre el Estado de la Ordenación del Territorio y los Informes de Evaluación y Control Ambiental.