Asistieron más de dos mil participantes en persona, y miles más por Internet, y la energía que se respiraba en la sala era innegable. Lo que empezó hace sólo tres años como una modesta iniciativa se ha convertido ahora en un hito en el debate nacional sobre el dinero, la inversión y el espíritu empresarial.
Los organizadores merecen un reconocimiento por crear un espacio en el que la educación financiera no sólo se debate, sino que se celebra. Con demasiada frecuencia, el dinero es un tema que la gente evita, ya sea por miedo, ignorancia o hábito cultural. Investor Talks rompe ese tabú reuniendo en el mismo escenario a jóvenes, empresarios e inversores. La presencia de influencers y personalidades de las redes sociales dio a la edición de este año una orientación muy clara hacia la Generación Z y los millennials. Estos ponentes conectan con audiencias que viven en Instagram, YouTube y TikTok, y consiguen que conceptos como el interés compuesto, los hábitos de ahorro o los primeros pasos en bolsa suenen relevantes y alcanzables. El público más joven respondió con entusiasmo, y eso no es poco. Si al menos una fracción de los asistentes empieza a gestionar su dinero de forma más consciente, el acto ya habrá tenido éxito.
Foto de Jennifer Lopes
Pero la experiencia no se limitó a las ideas. Fuera de los pabellones principales, la feria comenzó con una impresionante exposición de coches de lujo de Belouracar. Ferraris, Lamborghinis y Porsches se alineaban a la entrada, marcando la pauta de lo que muchos de los asistentes sueñan con conseguir. Para los participantes más jóvenes, estos coches no son simples máquinas, sino poderosos símbolos de ambición y éxito. La zona VIP se hizo eco de este ambiente, repleta de empresarios e invitados que llegaron en vehículos igualmente llamativos. Para algunos, se trataba de pura ostentación, pero para otros sirvió como recordatorio de lo que puede ser posible cuando las estrategias financieras se aplican con disciplina y determinación. En cualquier caso, creó una sensación de aspiración que cargó el ambiente de entusiasmo.
Por muy positiva que fuera esta energía, también reveló un desequilibrio. La inmensa mayoría de los ponentes eran jóvenes, dinámicos y, a menudo, más centrados en el emprendimiento digital y las historias de éxito rápido que en los mecanismos más profundos de la vida económica. Sólo un puñado de voces representaban décadas de experiencia en el sector inmobiliario, el comercio de acciones, la promoción empresarial o los ciclos económicos más amplios que conforman nuestra realidad financiera. Es una lástima, porque si bien es esencial captar la imaginación de la generación más joven, es igualmente importante proporcionarles la sabiduría de quienes han sorteado crisis, recesiones, guerras y cambios globales. Habiendo vivido más de cinco décadas de estos cambios, sentí que faltaba esa perspectiva, y que el evento se beneficiaría enormemente de la inclusión de empresarios e inversores más experimentados.
Foto de Jennifer Lopes
La verdad es que la economía no solo tiene que ver con la inteligencia artificial, las plataformas digitales o las nuevas empresas emergentes. También tiene que ver con la psicología, con cómo reaccionan los mercados ante el miedo y la confianza, con la influencia de la geopolítica. Las decisiones del Gobierno de Estados Unidos, el auge de China y la India, y el potencial de Europa, a menudo ignorado, configuran las oportunidades y los riesgos a los que se enfrentan los inversores. Vivimos en un mundo en el que las guerras y las realidades de posguerra cambian la dirección de los mercados de la noche a la mañana, y ningún número de discursos motivadores puede sustituir a las duras lecciones aprendidas de la historia. Éstas son precisamente las ideas que los líderes empresariales experimentados podrían y deberían poner sobre la mesa.
Dicho esto, Investor Talks merece un aplauso por lo que ya ha conseguido. Ha creado un escenario en el que la educación financiera ya no es un tema árido, sino algo emocionante, aspiracional y compartido. La inclusión de entradas gratuitas para menores de 24 años ha sido un acierto, ya que garantiza que el acto llegue a quienes más lo necesitan. El formato híbrido, con streaming de alta calidad, permitió la participación de un público mucho más amplio que el de Portimão. Y la variedad de temas, desde la elaboración de presupuestos sencillos hasta la inversión inmobiliaria y las estrategias comerciales, proporcionó puntos de entrada para personas en diferentes etapas de su trayectoria financiera.
Donde Investor Talks puede crecer ahora es en su ambición. Ya se ha convertido en el escenario número uno de la educación financiera en Portugal. El siguiente paso debería ser transformarlo en un verdadero foro empresarial, un lugar donde el conocimiento fluya no sólo de los influyentes a los seguidores, sino también entre los empresarios experimentados y los que acaban de empezar. Imagine Investor Talks donde un entusiasta de las criptomonedas de 20 años pueda sentarse junto a un promotor inmobiliario de 60, y ambos puedan compartir lo que saben y lo que han aprendido por las malas. Ahí es donde reside el verdadero valor: en tender puentes entre generaciones, para que el entusiasmo se encuentre con la experiencia y la ambición se guíe por la sabiduría.
Salí del Portimão Arena convencido de que este evento tiene potencial para convertirse en algo más que un espectáculo de coches llamativos y discursos motivadores. Esos elementos no están mal; atraen la atención e inspiran. Pero el verdadero poder de Investor Talks llegará cuando el espectáculo se combine con el intercambio de conocimientos profundos y prácticos ofrecidos no sólo para el beneficio individual, sino para el bien colectivo. Yo, por mi parte, estoy dispuesto a contribuir. Con las habilidades, conocimientos y experiencia que he acumulado durante más de cinco décadas, estoy deseoso de ayudar a las generaciones más jóvenes a evitar los errores del pasado y aprovechar las oportunidades del futuro.
Investor Talks 2025 fue vibrante, ambicioso y bien recibido. También fue un recordatorio de que Portugal está dispuesto a hablar abiertamente de dinero y a preparar a sus ciudadanos para un futuro financieramente más sano. Si los organizadores aceptan el reto de incorporar voces más experimentadas a la conversación, este evento podría convertirse en uno de los foros financieros y empresariales más importantes de Europa. Y ése sería un legado que merecería la pena construir, no sólo para Portimão, sino para toda una generación.