La revista de humor científico"Annals of Improbable Research" lleva 35 años concediendo anualmente estos premios a investigaciones que "hacen reír primero y pensar después", con el objetivo de despertar la curiosidad.
Científicos de los Países Bajos, el Reino Unido y Alemania ganaron el jueves el Premio Ig Nobel por una investigación que concluyó que un pequeño sorbo de alcohol mejora a veces la capacidad de hablar un idioma extranjero, aumentando la confianza en uno mismo.
Los autores, que realizaron pruebas con estudiantes germano-holandeses, advirtieron, sin embargo, que el alcohol no es necesario para aprender idiomas y subrayaron que es perjudicial para la salud, sobre todo en dosis elevadas.
En la ceremonia, celebrada en la Universidad de Boston, el Premio Ig Nobel de Aviación también tuvo que ver con el alcohol.
Investigadores de Colombia, España y otros países descubrieron que esta sustancia supone un peligro para una especie de murciélago que la consume inadvertidamente en algunas frutas.
Los investigadores observaron que los murciélagos egipcios veían mermada su capacidad de volar al ingerir frutas que contenían un 1% de alcohol, y que la ecolocalización se veía afectada por dificultades de comunicación.
"Los científicos no son tan cuadrados ni tan serios, y pueden divertirse mientras demuestran ciencia interesante", dijo Francisco Sánchez, uno de los investigadores colombianos que estudiaron a los murciélagos borrachos.
La gala, interrumpida como es tradición por el lanzamiento de aviones de papel y que contó con una breve ópera dedicada a los problemas digestivos, reunió a científicos y economistas que habían recibido los verdaderos Premios Nobel y que fueron los encargados de presentar los premios satíricos.
En la sección de química, un estudio concluyó que el teflón, un material plástico habitual en productos como las sartenes, puede ser un componente de una dieta para adelgazar porque no tiene calorías y no es absorbido por el organismo.
Este estudio, realizado por científicos de Israel y Estados Unidos, se llevó a cabo sólo en ratas. Después de tres meses con una dieta que contenía un 25% de teflón, los animales perdieron peso y no se registraron efectos tóxicos, según los autores.
Otros descubrimientos premiados fueron los bebés que parecen saborear y disfrutar del ajo que comen sus madres durante la lactancia, las iguanas a las que les encanta la pizza de cuatro quesos en Togo y pintar una vaca con rayas de cebra para reducir las picaduras de mosca.
"Cuando hice este experimento, esperaba ganar el Premio Ig Nobel. Es mi sueño. Increíble. Sencillamente increíble", dijo Tomoki Kojima, cuyo equipo pegó con cinta adhesiva vacas japonesas y luego les pintó rayas negras con aerosol.
El premio de Física fue para un grupo de investigadores, en su mayoría italianos, que investigaron la "fase de transición" que estropea el clásico plato de pasta 'cacio e pepe' (queso y pimienta) con "grumos desagradables".
Otros experimentos abordaron cuestiones como qué ocurre cuando a un narcisista se le dice que es inteligente -que ganó el premio de psicología- o cómo afectan los zapatos malolientes a la experiencia de usar un zapatero -que ganó el premio de ingeniería.
Uno de los premios, el de literatura, se concedió a título póstumo al científico estadounidense William Bean, que estudió el crecimiento de sus propias uñas durante 35 años.
El premio fue recogido por uno de sus hijos, que recordó la contagiosa pasión de su padre y agradeció el "reconocimiento, ¡por fin!".