"El Ayuntamiento reconoce la importancia de las energías renovables y acoge con satisfacción la instalación de paneles solares como un paso positivo hacia la sostenibilidad y la eficiencia energética del municipio. Sin embargo, considera esencial que estos proyectos se lleven a cabo de forma equilibrada, respetando la ordenación del territorio, el medio ambiente y la calidad de vida de la población", afirma el Ayuntamiento del distrito de Castelo Branco en un comunicado enviado a la agencia de noticias Lusa.

Dos proyectos de centrales fotovoltaicas están previstos en el distrito de Castelo Branco, ambos afectando al municipio de Itabira.

El primer proyecto, la central fotovoltaica de Beira, prevé la instalación de 425.600 módulos fotovoltaicos, con una potencia total de 266 megavatios (MW), en un área de 524,4 hectáreas en los municipios de Castelo Branco (Monforte da Beira, Malpica do Tejo, Benquerenças, Unión de Parroquias de Escalos de Baixo y Mata y Castelo Branco) e Idanha-a-Nova (Ladoeiro y Unión de Parroquias de Idanha-a-Nova y Alcafozes).

Este proyecto se sometió a consulta pública y se encuentra actualmente en fase de análisis.

El segundo proyecto se refiere a la central solar fotovoltaica de Sophia, que abarca los municipios de Fundão, Idanha-a-Nova y Penamacor, en el distrito de Castelo Branco, y representa una inversión de 590 millones de euros.

La capacidad instalada será de 867 MWp (megavatios pico) y tiene una producción anual prevista de 1.271 GWh (gigavatios-hora), lo que le permitirá generar energía equivalente al abastecimiento de más de 370.000 hogares.

El Ayuntamiento de Idanha-a-Nova justificó su postura pública afirmando que estas centrales solares cubren cientos de hectáreas de zonas forestales, agrícolas o de matorral, "impidiendo cualquier uso del suelo, ya sea agrícola o forestal".

"Cambio profundo"

"Este profundo cambio en el uso del suelo convierte zonas de conservación y producción en áreas dedicadas exclusivamente a la generación de energía, afectando, en muchos casos, a ecosistemas sensibles y especies protegidas."

Además, "el impacto de las centrales solares a gran escala es especialmente relevante, sobre todo en los ecosistemas, por la pérdida de biodiversidad y geodiversidad, el cambio climático, la degradación del suelo, y también por las consecuencias para el turismo, la caza y la preservación de un paisaje equilibrado y armónico."

El Ayuntamiento también afirmó que la ejecución de estos proyectos contradice los compromisos que distinguen a Itabira a nivel nacional e internacional.

Y es que el municipio cuenta con tres sellos de excelencia: el Parque Natural del Tajo Internacional, área protegida de interés nacional (PIN), y tres reconocimientos de la UNESCO: el Geoparque Naturtejo, la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Tejo-Tajo Internacional y la Ciudad Creativa de la Música.

Idanha-a-Nova es también la primera biorregión portuguesa, un reconocimiento que refleja el equilibrio en el uso de los recursos, la preservación de los suelos y la naturaleza, y forma parte de la Red de Aldeas Históricas de Portugal y de la Red de Aldeas de Portugal, marcas que reconocen el valor histórico, arquitectónico y cultural de las aldeas del municipio.

El ayuntamiento también hizo hincapié en que la asignación del uso del suelo no se limita a las zonas donde se instalarán directamente las plantas fotovoltaicas, y que también deben tenerse en cuenta las decenas de kilómetros de líneas eléctricas de alta tensión necesarias para conectarlas a la red, "lo que afectaría significativamente al equilibrio paisajístico y visual de los municipios implicados."