Esto significa que, de media, los portugueses pagaron 16 millones de euros al día en impuestos con relevancia medioambiental, según cálculos del Jornal de Notícias.

Esta recaudación representa el valor más alto en casi dos décadas de registros: en 2006, estos impuestos sumaban 4.641 millones de euros; tras alcanzar su valor más bajo en 2012 (3.683 millones), la cantidad volvió a aumentar, cayendo por debajo de los cinco mil millones sólo en 2020 (4.763 millones) y en 2022 (4.647 millones).

"Es una carga muy pesada para los consumidores. Entendemos la necesidad de desincentivar el consumo de combustibles fósiles, pero la sostenibilidad debe basarse en tres pilares: medioambiental, económico y social. Y, en este momento, no hay equilibrio", considera Pedro Silva, especialista en energía de Deco Proteste.