Varias aerolíneas europeas de bajo coste planean cambiar una parte de sus asientos económicos por Skyrider 2.0, un nuevo asiento medio de pie que reduciría drásticamente el coste de los billetes de avión.

Los nuevos asientos de pie están diseñados para que los pasajeros se apoyen en sillines de bicicleta acolchados fijados al suelo y al techo de la cabina. Los pasajeros se reclinarían en un ángulo de 45 grados y su peso recaería en las piernas y el tronco. Los asientos también incluirían cinturones de seguridad, como un soporte equipado con arneses.

Estos asientos verticales pesan casi la mitad que un asiento normal, lo que reduciría el consumo de combustible. Según las aerolíneas, los asientos de pie podrían tener un precio tan bajo como 1-5 euros, lo que los haría ideales para viajeros con poco presupuesto. Además, ocupan menos espacio en cabina, lo que permitiría embarcar a un 20% más de pasajeros en los vuelos. También podría aumentar los beneficios de las aerolíneas, ya que más pasajeros significa mayores márgenes de beneficio y menos piezas implican menos limpieza, lo que permite que los aviones pasen más tiempo en el aire.

Los asientos están pensados para vuelos de corta distancia de menos de dos horas, y ofrecen un entrenamiento de piernas a quienes opten por la opción de asiento vertical. Según los rumores, aunque estos asientos serían la opción más económica, los asientos normales podrían seguir teniendo un precio relativamente bajo, aunque algo más elevado.

Los asientos de pie han suscitado un gran debate en Internet, ya que algunos piensan que es la solución perfecta para los viajes económicos, mientras que a otros les preocupa la comodidad y el bienestar de los pasajeros.

Este concepto ya había sido considerado por Michael O'Leary, de Ryanair, en 2012, y ahora es cada vez más popular en los países españoles y de Europa del Este. Sin embargo, este desarrollo ha suscitado preocupaciones en materia de seguridad, comodidad y regulación. Cuestiones como la seguridad de los pasajeros durante las turbulencias, si los asientos verticales cumplen las normas de seguridad para situaciones de emergencia y si los pasajeros podrían evacuar de forma segura y rápida en caso necesario, siguen en el aire.

Por ahora, los asientos de pie parecen tener dificultades para superar las rigurosas certificaciones exigidas para los vuelos comerciales, y sólo podrían implantarse una vez aprobadas.