Tras revisar múltiples informes y previsiones de mercado, he llegado a una conclusión clara y convincente: Portugal se perfila como una de las ubicaciones más estratégicas y atractivas de Europa para la inversión en centros de datos. La trayectoria de crecimiento es notable. Se prevé que el mercado de centros de datos de Portugal, valorado en 947 millones de dólares en 2024, supere los 3.090 millones de dólares en 2030, expandiéndose a una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 21,84%. Pero más allá de las cifras, es el contexto y la convergencia de oportunidades lo que hace que Portugal sea especialmente interesante en estos momentos.

Una de las principales conclusiones de mi investigación es que la cuota de Portugal en el consumo energético de los centros de datos de Europa Occidental se cuadruplicará, pasando del 0,8% en 2024 al 3,4% en 2030. Esto no solo se debe a la demanda de servicios digitales y en la nube, sino también a un agresivo plan de desarrollo de infraestructuras. Mientras que la capacidad actual de potencia de TI del país es de unos 47,5 MW, ya hay más de 310 MW en proyecto de desarrollo. Es una clara señal de que los operadores e inversores globales apuestan por el futuro de Portugal.

Un buen ejemplo es Start Campus, en Sines, uno de los mayores proyectos de hiperescala de Europa, diseñado para alcanzar 1,2 GW. En particular, Start Campus también ha demostrado su capacidad de recuperación bajo presión durante un reciente corte de la red, y sus operaciones continuaron sin interrupción gracias a sistemas de respaldo alimentados por energías renovables. La sostenibilidad ya no es una palabra de moda en este sector; es un factor diferenciador crítico, y Portugal está bien posicionado gracias a su abundancia de recursos eólicos, solares e hidroeléctricos.

Otro aspecto importante es la expansión de los servicios en la nube en todos los sectores, lo que indica una mayor madurez digital. Un ejemplo: el Banco Atlântico Europa completó recientemente la migración completa de sus sistemas bancarios centrales a la nube, una clara señal de que Portugal no sólo está construyendo infraestructuras, sino también acelerando la adopción de la nube en sectores de misión crítica.

El área metropolitana de Lisboa sigue siendo un hotspot digital, que actualmente acoge a operadores como Equinix, que ya cuenta con una fuerte presencia. De cara al futuro, AtlasEdge, entre otros operadores internacionales, se está preparando para entrar en el mercado, lo que confirma que Lisboa está ganando reconocimiento como centro tecnológico escalable y sostenible.

Al analizar el panorama del mercado, también veo claras ventajas estratégicas: La situación geográfica de Portugal conecta Europa con América y África a través de cables submarinos como EllaLink y Nuvem, que proporcionan acceso de baja latencia a través de los continentes. Combinado con unos precios inmobiliarios competitivos, una mano de obra altamente cualificada y una normativa favorable, Portugal se convierte en una puerta digital natural.

Desde el punto de vista político, la estrategia gubernamental Portugal 2030 alinea el desarrollo económico con la infraestructura digital y los objetivos de transición energética. Además, los operadores portugueses se adhieren al Pacto de neutralidad climática para centros de datos de la UE, comprometiéndose a un uso responsable de la energía, la conservación del agua, la reutilización de servidores y la neutralidad de carbono para 2030.

Por último, existe un impulso creciente no solo en infraestructuras, sino también en la innovación de la capa de servicios, y la computación periférica, las cargas de trabajo de IA y los modelos de colocación ecológicos se están convirtiendo en impulsores clave de la diferenciación.

En conclusión, tras analizar detenidamente los datos actuales y las proyecciones futuras, creo que Portugal no solo está participando en el auge de los centros de datos europeos, sino que está dando forma a la siguiente fase del mismo. Con una inversión sostenida, una regulación inteligente y un firme compromiso con la sostenibilidad, el país va camino de convertirse en un nodo vital de la economía digital global.

Para los inversores, los operadores tecnológicos y los responsables de la toma de decisiones que buscan expandirse en Europa, Portugal merece un lugar entre los primeros de la lista. La ventana de la oportunidad está abierta, y se mueve rápido.