Según datos de Lusa, el número de cancelaciones, entre llegadas y salidas, osciló entre las 18 del viernes y las seis del domingo, y una fuente del Sindicato de Industrias Metalúrgicas y Afines(SIMA) estimó cifras ligeramente superiores.
La misma fuente señaló "retrasos significativos" en las operaciones y criticó a la compañía por no permitir "una huelga justa".
En su página web, ANA publicó un aviso en el que alertaba a los pasajeros de que, debido a la huelga de la compañía, que "afecta a varias aerolíneas, como TAP, las operaciones aeroportuarias pueden verse interrumpidas durante los siguientes periodos: Del 25 al 28 de julio; del 8 al 11 de agosto; del 15 al 18 de agosto; del 22 al 25 de agosto; y del 29 de agosto al 1 de septiembre", instándoles a ponerse en contacto con su "compañía aérea o agencia de viajes antes de acudir al aeropuerto."
Los trabajadoresde Menzies iniciaron el viernes la segunda huelga de cuatro días, de un total de cinco previstas para la temporada de verano, con la empresa y el sindicato intercambiando acusaciones de falta de voluntad de diálogo.
Las huelgas fueron convocadas por el Sindicato de Industrias Metalúrgicas y Afines (SIMA) y el Sindicato de Transporte (ST) para poner fin a los salarios básicos inferiores al salario mínimo nacional, mejorar los salarios y hacer cumplir el pago de los turnos de noche, entre otras reivindicaciones. Esta segunda huelga comenzó en la medianoche del viernes y finalizó en la medianoche de hoy.
Está prevista una nueva huelga, en la misma línea, el próximo fin de semana.
Menzies Aviation, por su parte, informó el 1 de agosto de que había activado planes de contingencia para mitigar las interrupciones de los servicios de asistencia en tierra en los aeropuertos y aseguró que opera en cumplimiento de la ley y con "pleno respeto de los derechos de los trabajadores."
"Se han activado sólidos planes de contingencia para proteger las operaciones y mitigar las interrupciones de los servicios, especialmente durante este exigente periodo estival, siempre con pleno respeto a los derechos de los trabajadores", señaló un portavoz de Menzies Aviation, que posee el 50,1% de la antigua Groundforce (el 49,9% restante se quedó en TAP), en declaraciones enviadas a los medios.