A diferencia de muchos otros pueblos del Algarve, aquí no hay grandes complejos turísticos. Burgau, que antaño fue un importante pueblo pesquero, ahora vive sobre todo del turismo. Las dos antiguas empresas pesqueras han cerrado, y sus instalaciones se han sustituido por un puesto de socorrismo y una pequeña zona de atraque para embarcaciones. Hoy en día, se pueden encontrar varias casas de vacaciones, restaurantes y hoteles en las cercanías. Sin embargo, las raíces pesqueras del pueblo siguen siendo visibles. En el lado este de la playa se pueden ver coloridas barcas de pesca.

Para los aventureros, hay muchas posibilidades de practicar deportes náuticos como el surf, el kayak y el surf de remo. En el lado occidental de Praia do Burgau, hay otra playa pequeña y aislada, a la que sólo se puede acceder en barco.

Créditos: TPN; Autor: Tereza Pedro;

Encontrar aparcamiento cerca de la playa, especialmente en verano, puede ser complicado. El pueblo es pequeño, por lo que aparques donde aparques, llegar a la playa no debería llevarte demasiado tiempo. Para llegar, hay que bajar la colina.

Praia do Burgau es una playa de tamaño medio. La mejor hora para venir es por la mañana, ya que cuando sube la marea, la parte de arena se reduce considerablemente. Justo en la playa hay un conocido restaurante de pescado y marisco, el Beach Bar Burgau. Un lugar muy popular, donde se puede disfrutar de un café por la mañana, un almuerzo encantador o un cóctel por la tarde. El bar abre todos los días excepto los lunes.

Créditos: TPN; Autor: Tereza Pedro;

Si sube por la colina que bordea la playa, se verá recompensado con una hermosa vista panorámica. Desde aquí parten varios senderos, incluido uno que lleva al cercano pueblo de Salema. Tenga en cuenta que este paseo dura unas horas, ida y vuelta. Se aconseja utilizar botas de montaña debido a algunos tramos empinados. La dificultad de este sendero se considera moderada y ofrece hermosas vistas a lo largo del camino.

El Fuerte de Almádena es una fortificación que se alza imponente sobre los acantilados entre los pueblos de Burgau y Salema. Dañado por el terremoto de 1755 y posteriormente abandonado, tras perder su función militar. Este fuerte servía para proteger la pesca del atún de la zona de los ataques de corsarios y piratas. Estratégicamente situado en los altos acantilados sobre el Océano Atlántico, el Fuerte de Almádena ofrece una vista impresionante que se extiende hasta el horizonte. La vista panorámica de la costa y el mar proporciona una experiencia enriquecedora, dando un vistazo al pasado, donde el Fuerte jugó un papel crucial en la defensa contra las invasiones marítimas.

Burgau se encuentra a sólo 20 minutos de Sagres, lo que ofrece una buena oportunidad para explorar la Costa Vicentina, una zona protegida conocida por sus playas vírgenes y sus reservas naturales.