"La instalación de esta planta en esta ubicación [cerca de la Zona de Especial Protección del Tajo Internacional] debe ser revisada, ya que de lo contrario podría causar pérdidas irreversibles a especies amenazadas y hábitats de importancia nacional e internacional", argumentaron los ecologistas.

En un comunicado enviado a la agencia de noticias Lusa, Quercus explicó que, a pesar de la importancia de la producción de energía renovable para la transición energética y la lucha contra el cambio climático, "el tamaño y la ubicación de este proyecto plantean serias preocupaciones ambientales".

El proyecto de la planta fotovoltaica de Beira prevé la instalación de 425.600 módulos fotovoltaicos, con una capacidad total de 266 megavatios (MW), en un área de 524,4 hectáreas en los municipios de Castelo Branco (Monforte da Beira, Malpica do Tejo, Benquerenças, la Unión de Parroquias de Escalos de Baixo y Mata, y Castelo Branco) e Idanha-a-Nova (Ladoeiro y la Unión de Parroquias de Idanha-a-Nova y Alcafozes).

Según los ecologistas, se trata de una zona de desarrollo excesivo, que incluye la instalación de una nueva línea eléctrica de 33 kilómetros y agrava el impacto acumulativo de las infraestructuras de transmisión de energía en el territorio.

Además, argumentaron que existe "proximidad y solapamiento" con la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del Tajo Internacional, Erges y Ponsul.

"El área de estudio del proyecto abarca una porción significativa del nuevo límite de la ZEPA, ya aprobado, lo que se justifica por su relevancia ecológica y la necesidad de proteger varias especies amenazadas".

Quercus también ha destacado que, según el documento técnico que sustenta el cambio de límites de la ZEPA, la zona incluye alcornocales, encinares y zonas abiertas intercaladas con matorral ralo, "esenciales para especies como el águila imperial ibérica, la cigüeña negra, el aguilucho pálido, el sisón y la ganga ortega, entre otras."

"La zona de aplicación constituye un hábitat potencial de nidificación y alimentación para el águila imperial ibérica, una especie en peligro crítico de extinción en Portugal".

Señalaron que la ampliación de la ZEPA se aprobó precisamente para garantizar la protección de las áreas de alimentación, nidificación y descanso de esta y otras especies de alto valor de conservación.

La asociación ecologista argumentó que las zonas ya artificializadas o con menor valor ecológico deberían priorizarse para la instalación de grandes plantas solares y afirmó que es esencial garantizar la compatibilidad entre la transición energética y la conservación de la biodiversidad.