Esta semana he tenido el privilegio de representar al grupo multinacional portugués Greenvolt en la Expo Real 2025 de Múnich. Como Consultora de Negocios Internacionales, mi misión era conectar con personas e inversores del sector inmobiliario que comparten nuestra visión de una sociedad más sostenible y consciente de la energía. La feria confirmó que vamos en la buena dirección y que el futuro del sector inmobiliario está profundamente ligado a las energías renovables.

Greenvolt y Greenvolt Next están presentes en trece países de Europa, Reino Unido, Japón, Indonesia, Serbia, Islandia y Estados Unidos. Juntas ofrecen soluciones de energía renovable que combinan la innovación con la responsabilidad medioambiental. Lo que quedó claro en Expo Real es que la sostenibilidad ha pasado de ser un tema secundario a una prioridad central para todo el mundo inmobiliario.

Conversaciones sobre el cambio

A lo largo de la feria, nos reunimos con líderes de distintos sectores como logística, industria, hostelería, aeropuertos y desarrollo urbano. Lo que más me impresionó fue la sinceridad de su interés. No eran meras conversaciones corteses; había auténtica curiosidad por saber cómo las energías renovables pueden redefinir nuestra forma de construir y vivir.

Muchos ejecutivos con los que hablamos están deseosos de que sus proyectos dependan menos de las fuentes de energía tradicionales. Ven las soluciones renovables no sólo como una contribución al planeta, sino también como la forma de crear resiliencia y valor a largo plazo. Escuchar este entusiasmo de primera mano, especialmente por parte de inversores y promotores de toda Europa, reforzó mi convicción de que la misión de Greenvolt responde realmente al espíritu del momento.

Sostenibilidad sin fronteras

Alemania sigue siendo un firme defensor de la transición energética, pero este año me he dado cuenta de lo global que se ha vuelto el debate. Varios inversores de Europa Central y Oriental manifestaron gran interés en colaborar, inspirados por lo que Portugal ha conseguido al combinar innovación, política y estabilidad. Fue gratificante ver cómo el enfoque portugués de la energía limpia se ha convertido en un punto de referencia para otros.

Tras haber asistido a Expo Real casi todos los años desde 2006, puedo decir que el tono de la feria ha cambiado. Las conversaciones giraban menos en torno al crecimiento especulativo y más en torno a una transformación significativa. Había un entendimiento colectivo de que los retos a los que nos enfrentamos, desde la escasez de vivienda hasta el cambio climático, requieren soluciones inteligentes y cooperativas. La feria parecía más reflexiva, con más visión de futuro y llena de serena determinación.

Un sector que se reinventa

Los debates de este año han abordado muchas áreas nuevas. Las proptech y la integración de datos se están volviendo esenciales en la gestión de edificios sostenibles. El auge de las plataformas logísticas alimentadas por energías renovables y la integración de los centros de datos en las zonas urbanas están reconfigurando nuestra forma de concebir el uso de la energía y las infraestructuras urbanas. También hay una conciencia cada vez mayor de que la sostenibilidad no es sólo una cuestión medioambiental, sino una base para la estabilidad económica y social.

Portugal también formó parte de muchas conversaciones privadas. El país sigue considerándose un destino seguro y atractivo para la inversión, y un lugar donde la innovación y la seguridad van de la mano. Ver a empresas portuguesas como Greenvolt ganando reconocimiento como líderes en esta transformación me llenó de orgullo.

Un paso confiado hacia el futuro

Al abandonar el recinto ferial de Múnich, me sentí profundamente animado. El sector inmobiliario está entrando en una nueva fase, en la que la sostenibilidad y la responsabilidad definen el éxito. Expo Real 2025 me recordó que el futuro pertenece a quienes se adaptan, colaboran y piensan más allá de los límites tradicionales.

Para Greenvolt, esta feria fue algo más que una oportunidad de conocer a socios potenciales. Fue la prueba de que nuestra misión resuena más allá de las fronteras y las industrias. El camino hacia un entorno construido más ecológico y responsable ya no es un objetivo lejano, sino que está ocurriendo ahora, y me siento orgulloso de formar parte de él.