Inaugurada en 1997 en Coimbra, la línea de apoyo emocional y prevención del suicidio fue creada por estudiantes universitarios que se sentían aislados, pero rápidamente amplió su alcance a cualquier persona que necesitara apoyo emocional.
En declaraciones a Lusa con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, a propósito de las advertencias de los expertos sobre el aumento de las autolesiones entre los jóvenes, el presidente de la línea explicó que la mayoría de las llamadas (52%) las realizan adultos (36-64 años) y personas mayores (17%).
"Sólo después vienen adultos jóvenes, estudiantes y muy pocos adolescentes", comentó Rita Neves, voluntaria del servicio desde 2021.
Sobre si hay una explicación para esto, la responsable dijo que no se debe a una falta de conocimiento de la línea, que es "muy popular" en colegios e institutos, sino a que los estudiantes no son "tan abiertos a pedir ayuda o llamar a líneas de apoyo."
Según el responsable, la línea experimentó "un aumento exponencial" en el curso 2024-2025, más del 100%, hasta totalizar 1.799 llamadas. Esto indica que "la gente cada vez necesita más hablar, o que la línea llega a un público cada vez más amplio."
A pesar de ser una línea de apoyo emocional y prevención del suicidio, la mayoría de las llamadas no están relacionadas con el suicidio, sino con las relaciones sentimentales, la familia, las amistades y la soledad.
SOS Estudiante (915246060; 969554545; 239484020) también recibe muchas llamadas silenciosas de personas que no pueden expresarse. Sin embargo, subraya que el mero hecho de saber que hay alguien al otro lado les tranquiliza y les anima a intentar llamar de nuevo.
"También hay muchas personas que llaman sólo para hablar de su día", siendo a menudo la primera vez que hablan con alguien ese día.
"Creemos que la soledad está presente en prácticamente todas las llamadas", comenta Rita Neves.
Ayuda primaria
Rita Neves explicó que las líneas de ayuda ofrecen apoyo primario. "En nuestro caso, funcionamos entre las 8 de la tarde y la 1 de la madrugada, y normalmente no hay psicólogos disponibles".
"Es un apoyo primario para alguien en crisis o que realmente necesita hablar en ese momento, pero nunca sustituirá al apoyo psicológico", añadió.
La línea cuenta actualmente con 33 voluntarios, todos ellos estudiantes de distintas áreas de educación superior de Coimbra, que pasaron por "un largo proceso de reclutamiento" y "30 horas de formación que les capacitan para responder a todo tipo de llamadas."
"Todos somos voluntarios; no recibimos nada a cambio, salvo la gratificación de saber que estamos marcando la diferencia", afirma la presidenta, que dejó de atender llamadas tras asumir el cargo, por razones de anonimato.
Al recordar su época de trabajo en el servicio, Rita Neves dijo que "lo más duro" es poder distanciarse y darse cuenta de que la ayuda que pueden prestar "es bastante limitada", pero, recalcó, los voluntarios reciben apoyo psicológico profesional siempre que lo necesitan.
"Hablamos por teléfono y, aunque creemos firmemente en el poder de la escucha activa, lo cierto es que no siempre está en nuestra mano salvar la vida de alguien", reconoció, desahogada: "Hay llamadas que nunca olvidamos".
En este día, Rita quiso transmitir el mensaje de que "pedir ayuda es un acto de valentía" y de que "ser conscientes de quienes nos rodean puede salvar vidas".








