Este sistema es completamente pasivo -no requiere combustible, motores externos ni grandes parques eólicos-, aprovecha el movimiento que ya se produce y lo canaliza hacia una fuente de energía continua y descentralizada.

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La electricidad generada se utiliza para alimentar el alumbrado de las autopistas, la señalización, los teléfonos de emergencia e incluso se devuelve a la red para las comunidades rurales cercanas.