"Los plazos que nos ha dado Águas de Portugal, a través de Águas de Santo André[AdSA]", indican que la construcción de la futura desalinizadora comenzará "en 2027, para estar lista" entre "2030 y 2031", declaró a la agencia Lusa el ministro responsable de las carteras de Medio Ambiente y Energía.
Tras anunciar en sede parlamentaria que el Gobierno procederá a la construcción de una desaladora en Sines, la ministra de Medio Ambiente, contactada por Lusa, señaló que la inversión prevista para el proyecto es de "120 millones de euros".
"Habrá que estudiar su tamaño, pero teniendo en cuenta las inversiones que tenemos en la desaladora del Algarve y en otras plantas similares, superará los 100 millones de euros", dijo.
Según la ministra, la futura desalinizadora "se financiará con una tarifa industrial a largo plazo", que será calculada posteriormente por la empresa AdSA, del grupo Águas de Portugal, responsable de la gestión del Sistema Santo André.
AdSA asegura el abastecimiento de agua a las poblaciones de los municipios de Sines y Santiago do Cacém, la recogida y el tratamiento de las aguas residuales, y responde a las demandas de las industrias ubicadas en la Zona Industrial y Logística de Sines (ZILS) en el suministro de agua potable, agua industrial, aguas residuales y residuos industriales.
Proyectos industriales
La ministra justificó la inversión en Sines por "el gran número de proyectos industriales, de producción de hidrógeno y de acero verde", entre otros, en una región "con cierto estrés hídrico".
Estos proyectos "requieren infraestructuras para conectarse a la red eléctrica", explicó, y añadió que, además de crear "una zona de alta demanda para abordar la cuestión del acceso a la red eléctrica", el Gobierno está "elaborando una legislación" para garantizar su refuerzo.
"Estamos elaborando una legislación para crear una segunda zona de alta demanda en Sines, además de otras zonas de alta demanda en el resto del país" que "resolverán la cuestión del acceso a la red eléctrica", dijo.
Sin embargo, indicó que todas estas inversiones "necesitan una gran cantidad de agua": agua dulce, agua reciclada, agua salada para refrigeración y agua desalinizada.
"Considerando las inversiones que son Proyectos de Interés Nacional [PIN] y que ya tienen autorización de la APA [Agencia Portuguesa de Medio Ambiente], que en total requieren 10 hectómetros cúbicos [de agua], la solución que nos proponen los técnicos" apunta "a un nuevo modelo de gestión del agua" para la zona de Sines, destacó.
Crecimiento
Este nuevo modelo asigna la gestión del agua dulce, el agua salada para refrigeración y el agua desalada a AdSA, que también se encargará de la construcción de "la desaladora", que será "modélica", es decir, que comenzará con una dimensión "menor" para que "pueda crecer" a medida que haya "más necesidad de inversión."
Además, hay negociaciones entre Aicep Global Parques, que gestiona ZILS, la APA y EDP para aprovechar parte de la infraestructura utilizada por la antigua central de carbón para la toma de agua de mar para el nuevo sistema, dijo Maria da Graça Carvalho.
Preguntada por la tecnología de desalinización que se utilizará, la ministra aclaró que será "elegida por técnicos de AdSA y Águas de Portugal" y recordó que el proyecto aún está sujeto a "un proceso de licencia ambiental muy riguroso que lleva su tiempo".
La futura central "puede, de alguna forma, aliviar la presión del agua" en el litoral alentejano, así como las inversiones "en la remodelación y reparación de la presa de Santa Clara", en Odemira, distrito de Beja, y la "posible conexión con la presa de Alqueva".
"Hay un conjunto de elementos que tienen que ser estudiados y comparados en términos de eficiencia y coste", afirmó, argumentando que el Gobierno también sabe que tiene que "resolver y mirar la cuestión de Odemira", una zona para la que todavía "no se ha elegido el modelo más eficiente a aplicar".








