El año pasado recordó a los inversores algo que ya sabían. Incluso las vías de residencia bien establecidas cambian con el tiempo. Los debates sobre la reforma de la ciudadanía en Portugal y la lentitud de la tramitación en el marco del AIMA demuestran que el acceso a Europa evoluciona. Estos acontecimientos no son motivo para dar un paso atrás. Son una razón para planificar a más largo plazo.

Tener más de una residencia se ha convertido en una forma moderna de seguro. Protege la movilidad, mantiene abiertas las opciones y da flexibilidad a las familias cuando los plazos se alargan o los sistemas administrativos se ralentizan. Mantiene el control sobre el inversor y no sobre el proceso.

Portugal sigue siendo una base para muchas familias, aunque el ritmo haya cambiado

El Golden Visa de Portugal sigue siendo una vía de residencia popular, especialmente para las familias que necesitan una base europea flexible. Una inversión de 500.000 euros en un fondo regulado por la CMVM sigue proporcionando la residencia al inversor y su familia. El requisito de presencia sigue siendo ligero, con siete días el primer año y catorce días cada dos años a partir de entonces. Estos fundamentos se han mantenido estables.

La parte que requiere atención es el plazo de ciudadanía. Los cambios propuestos ampliarían la elegibilidad de cinco a diez años para la mayoría de los nuevos solicitantes, contados a partir de la fecha de expedición de la primera tarjeta de residencia. El Parlamento ha aprobado esta propuesta, pero no se ha promulgado. Hasta que la ley sea definitiva, lo más responsable es seguir aplicando las normas actuales, pero planificando un plazo más largo.

El ritmo administrativo también se ha ralentizado. Desde que AIMA sustituyó al SEF, las tarjetas de residencia tardan a menudo un año o más en expedirse, y las solicitudes de ciudadanía pueden demorarse varios años más allá de los requisitos mínimos. Para muchas familias, el camino completo desde la residencia hasta el pasaporte se prolongará más de una década.

Aun con estas dificultades, muchas familias siguen eligiendo Portugal porque ofrece derechos de residencia, movilidad Schengen, inclusión familiar y un estilo de vida acorde con la planificación a largo plazo. El programa es más lento, pero sigue siendo muy utilizado.

Italia ofrece lo que Portugal no puede: rapidez

El visado para inversores de Italia ofrece un contrapeso útil. Es conocido por la rapidez de las aprobaciones, a menudo en tres meses, y los permisos de residencia se expiden poco después de la llegada. La inversión admisible comienza en 250.000 euros en una empresa emergente innovadora o en 500.000 euros en una empresa italiana establecida, ambas bajo supervisión directa del gobierno.

El sistema fiscal italiano ofrece claridad a los que fijan su residencia fiscal. El impuesto fijo sobre los ingresos de origen extranjero es actualmente de 200.000 euros al año, y la legislación indica un aumento a 300.000 euros para los recién llegados a partir de 2026. Se prevé que los participantes actuales queden exentos. Esto crea previsibilidad en una gran economía europea.

Mientras Portugal proporciona una base a largo plazo, Italia aporta rapidez administrativa. Juntos, aportan equilibrio a las familias.

Por qué dos residencias superan a una

Los inversores diversifican los mercados para reducir su exposición. La planificación de la residencia sigue la misma lógica. Las políticas cambian, la velocidad de tramitación varía y los retrasos aparecen sin previo aviso. Depender de una residencia significa depender del calendario de un sistema.

Tener tanto la residencia portuguesa como la italiana convierte esas incertidumbres en opciones. Si un sistema se ralentiza, el otro continúa. Si una política cambia en una jurisdicción, la otra no se ve afectada. No se trata de elegir entre dos países. Se trata de garantizar que la movilidad y los derechos a largo plazo permanezcan intactos.

Planificación, no reacción

Un enfoque sólido consiste en tratar a Portugal como el ancla y a Italia como el complemento. Mantener ambos, cumplir los requisitos de presencia con calma y revisarlos junto con una planificación familiar más amplia.

Portugal ofrece una base a largo plazo. Italia ofrece rapidez y eficacia administrativa. Cada uno compensa las limitaciones del otro y refuerza sus puntos fuertes. Juntos, forman una estructura resistente a los ciclos del mercado y a los cambios políticos.

Reflexión final

La residencia hoy forma parte de la planificación a largo plazo. Portugal ofrece continuidad. Italia ofrece ritmo. Combinados, preservan el control en un momento en que los sistemas pueden cambiar rápidamente. Las familias que se preparan bien no esperan la estabilidad. La construyen.

Párrafo final vinculado a Portugal Panorama

En Portugal Panorama, apoyamos a las familias que desean estructuras claras y fiables en lugar de una toma de decisiones reactiva. Muchos comienzan con Portugal como base a largo plazo y añaden una segunda residencia para mantener sus planes estables cuando los sistemas se mueven lentamente. Nuestro papel es ayudar a las familias a construir un marco de residencia que se mantenga a pesar de los cambios políticos y los ciclos administrativos. Cuando la planificación se asienta sobre bases estables, las decisiones son más tranquilas y mucho más fáciles de gestionar.

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