En la investigación se encuestó a 2.896 trabajadores de 141 empresas de seis países: Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos. Los participantes cambiaron a una semana laboral de cuatro días o redujeron sus horas en cantidades variables. El estudio también incluyó un grupo de control de 285 trabajadores de 12 empresas que siguieron trabajando con un horario estándar.

Los investigadores de la Universidad de Boston y del University College de Dublín organizaron a los participantes en tres grupos: los que redujeron sus horas semanales en ocho o más (normalmente pasando a un horario de cuatro días), los que redujeron entre cinco y siete horas, y los que redujeron entre una y cuatro horas. Durante un periodo de seis meses, los trabajadores completaron encuestas que medían la satisfacción laboral, el agotamiento, la calidad del sueño y la salud en general.

Los resultados fueron claros. Los mayores beneficios se observaron en los que adoptaron una semana laboral completa de cuatro días, incluida la reducción de la fatiga, la mejora del bienestar mental, un mejor sueño y una mayor satisfacción laboral. Los que redujeron menos horas también experimentaron efectos positivos, aunque en menor medida.

Es importante destacar que el estudio no encontró pruebas de que estas mejoras se produjeran a expensas de la productividad. De hecho, muchos trabajadores declararon un mejor rendimiento individual.

Los investigadores subrayaron que la forma en que se estructura el trabajo, especialmente las oportunidades de descanso y recuperación, pueden tener un impacto importante en el bienestar. También destacaron el potencial de otros modelos flexibles, como jornadas laborales de seis horas o reducciones del 20% del tiempo de trabajo.

En Portugal, un proyecto piloto de seis meses probó la semana laboral de cuatro días en unas 40 empresas. Casi el 95% de las empresas participantes evaluaron positivamente la experiencia. Los trabajadores declararon haber encontrado un mejor equilibrio entre trabajo, familia y vida personal, y más del 60% dijeron que pasaban más tiempo con sus familias. El ensayo dio lugar a una reducción media de las horas de trabajo semanales del 13,7%.

Sin embargo, según otra encuesta de la Asociación Industrial Portuguesa (AIP-CCI), el 0% de las empresas -sobre todo en sectores como el comercio minorista, la construcción y la industria- se oponen a la introducción de una semana laboral de cuatro días. Entre las que la apoyan, el 71% cree que debería seguir siendo opcional.