Tras leer el último informe de Copenhagen Economics sobre el potencial económico del sector de los centros de datos en Portugal, me sentí obligado a escribir de nuevo sobre esta industria transformadora. Las cifras son impresionantes, pero la historia más profunda es aún más poderosa. Portugal se está posicionando en el corazón del futuro digital de Europa. Y con la segunda edición de la Convergencia Atlántica, que se celebrará en Lisboa en octubre y reunirá a los principales actores de ambos lados del Atlántico, el impulso no hace sino crecer.
El informe destaca que el sector de los centros de datos de Portugal podría aportar hasta 26.000 millones de euros al PIB nacional de aquí a 2030 y crear unos 50.000 puestos de trabajo a tiempo completo. No se trata sólo de tecnología, sino de un cambio estructural en la economía del país y de una oportunidad para liderar uno de los sectores mundiales de más rápido crecimiento.
Los centros de datos son los motores digitales de todo lo que hacemos en Internet. Impulsan los servicios de streaming, el comercio electrónico, la inteligencia artificial (IA), la computación en la nube e incluso las infraestructuras públicas. A medida que se acelera la transformación digital en todo el mundo, se dispara la demanda de capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos, sobre todo a medida que crece la adopción de la IA. Estas tecnologías necesitan una inmensa potencia de cálculo, y Portugal está bien posicionado para proporcionarla.
¿Qué hace que Portugal destaque en esta carrera? Una combinación única de ventajas: una ubicación estratégica que conecta Europa, África y América; acceso a sólidas redes de cable submarino; precios competitivos de la electricidad; y abundantes fuentes de energía renovable, como la eólica y la solar. Combinados con una creciente reserva de profesionales cualificados en TIC e ingeniería, estos factores hacen de Portugal un destino cada vez más atractivo para la inversión en centros de datos.
El informe también muestra que el impacto de los centros de datos ya se está dejando sentir. Entre 2022 y 2024, el sector apoyó 311 millones de euros en PIB y generó una media de 1.700 puestos de trabajo al año. Pero esto es solo el principio. De 2025 a 2030, se espera que el sector aporte entre 6.100 y 26.200 millones de euros anuales al PIB y mantenga hasta 48.400 puestos de trabajo cada año, dependiendo de las condiciones de inversión y del apoyo político.
Más que beneficios económicos, los centros de datos son activos estratégicos. Permiten la transformación digital de toda la economía, ayudan a desarrollar agrupaciones tecnológicas, atraen inversores internacionales y retienen el talento cualificado. También pueden promover el desarrollo regional y la cohesión social impulsando el crecimiento en zonas situadas fuera de los centros económicos tradicionales.
El próximo mes de octubre, Lisboa acogerá de nuevo Atlantic Convergence, un evento que reúne a los principales líderes del sector de Europa, Norteamérica y otros continentes para debatir sobre el futuro de las infraestructuras digitales. Es una plataforma oportuna para mostrar el creciente papel de Portugal y fomentar aún más la colaboración transfronteriza.
El sector de los centros de datos representa una oportunidad a largo plazo para que Portugal construya una economía resistente, de alto valor e impulsada por la tecnología. Con las políticas adecuadas y una inversión continuada, el país puede pasar del potencial al liderazgo, consolidando su lugar como puerta digital para el Atlántico y más allá.