En las pruebas realizadas con voluntarios sanos, el tratamiento mejoró la sensibilidad olfativa durante más de una semana, allanando el camino para futuros ensayos en pacientes con afecciones como la anosmia y la hiposmia.

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El equipo planea ahora probar la técnica en personas con problemas de olfato para determinar si los beneficios se extienden a quienes padecen pérdida olfativa clínica.