"Este proyecto se sitúa en un terreno de cinco hectáreas en Óbidos, en el centro del triángulo de oro del surf, entre Ericeira, Peniche y Nazaré", declaró a la prensa Manuel Vasconcelos, Director General de Surfers Cove, promotora del proyecto. El proyecto se ha puesto en marcha con capital privado (60%) y fondos de la UE (40%).
Las obras empezaron a finales de julio, y está previsto que el primer "parque de surf" de categoría mundial de Portugal abra sus puertas al público a finales del año que viene. Su piscina creará 25 tipos diferentes de olas para todos los niveles (desde principiantes a profesionales) y albergará más de un millón de litros de agua.
Incorporaremos nuestros últimos recursos tecnológicos para dar a los surfistas la mejor experiencia posible, y es una de las más avanzadas del mundo en términos medioambientales", aseguró el español Josema Odriozola, fundador y consejero delegado de Wavegarden, que cuenta con 12 piscinas de olas activas en distintos países de cuatro continentes, 10 ya en desarrollo y más de 50 en proyecto.
Esta infraestructura generará hasta 1.000 olas por hora, y el coste energético de la ola más potente (y más cara) es de 10 céntimos, reveló el ejecutivo durante la presentación, que tuvo lugar en las obras y a la que asistieron varios participantes, entre ellos el Secretario de Estado de Turismo, Pedro Dias
. "Es un proyecto innovador y transformador. Esta instalación refuerza el prestigio de Portugal como capital europea del surf y está financiada por Compete 2030, lo que ejemplifica el uso eficaz de los fondos europeos y la importancia de la inversión pública y privada", subrayó el responsable.
Diversificación
Según Pedro Dias, la Villa del Surf permite diversificar el turismo portugués, complementando las olas del mar que chocan contra el vasto litoral portugués con olas artificiales, que pueden rodar los 365 días del año, independientemente de las condiciones meteorológicas, y fomentando también la lucha contra la estacionalidad
: "Este proyecto refuerza a Portugal como destino de surf de primer nivel mundial y destaca aún más al país como 'capital' europea de las olas", subrayó.
Una idea compartida por Francisco Calheiros, presidente de la Confederación Portuguesa de Turismo, que destacó que el sector es el "gran motor" de la economía portuguesa
: "Portugal duplicó el número de turistas entre 2009 y 2019, y desde 2022, tras recuperarse de la pandemia del COVID-19, estamos batiendo récords todos los años. Este año será igual, y tenemos que resolver algunas limitaciones, como la necesidad de un nuevo aeropuerto y la privatización de TAP", declaró.

Según Francisco Calheiros, el desarrollo del ferrocarril, especialmente las conexiones de alta velocidad con España, es otro factor clave para acelerar aún más el sector turístico, que, según destacó, ha sido uno de los que mejor ha sabido hacer frente a la cuestión de la migración
: "Más del 30% de nuestra mano de obra es migrante", señaló, destacando también la contribución a la economía del equilibrio entre exportaciones e importaciones en el turismo, con 28.000 millones de euros en exportaciones y sólo siete.000 millones en importaciones.
Surf para todos
Además de las olas artificiales, que "abrirán el surf a todos", como destacó Marcelo Martins, director de operaciones de Surf Village, que forma parte de un complejo turístico de cuatro estrellas con una capacidad máxima de 144 camas, distribuidas en 56 unidades de alojamiento, también cuenta con un restaurante, una tienda de Surf 58, parques de skate, pistas de pádel y tenis playa, gimnasio, escuela de surf, zonas verdes ajardinadas y espacios para eventos corporativos.
En la presentación también estuvieron presentes el alcalde de Óbidos, Filipe Daniel, que destacó la importancia del proyecto para la economía local, y el presidente de la Federación Portuguesa de Surf (FPS), Gonçalo Saldanha, que hizo hincapié en las condiciones únicas de entrenamiento proporcionadas para el desarrollo de los atletas portugueses.
El proyecto está promovido por Menlo Capital, con liderazgo ejecutivo de Manuel Maria Vasconcelos y Marcelo Martins (Onda Pura Surf Center), en asociación con Despomar, Admar y Draycott, accionistas de Noah Surf House y del Hotel Areias do Seixo, y otros inversores, entre ellos el surfista japonés Kanoa Igarashi, top-10 de la World Surf League (WSL) y medalla de plata olímpica en Tokio 2020.