En la Iglesia católica romana se le venera como patrón de los exorcistas y de los que sufren posesión demoníaca.
 
Bruno nació en Colonia (Alemania) hacia 1030, probablemente en el seno de la prominente familia Hartenfaust o Hardebüst. Poco se sabe de su infancia, pero cursó estudios teológicos en la prestigiosa Escuela Catedralicia de Reims, en la actual Francia. Su educación en Reims, que incluía estudios clásicos y ciencias sagradas, le granjeó la reputación de erudito en el conocimiento humano y divino.
 
El deseo de Bruno de llevar una vida solitaria le llevó a buscar la guía de Roberto de Molesme, aunque pronto se dio cuenta de que ésta no era su verdadera vocación. En 1084, acompañado por seis compañeros, se acercó a Hugo de Châteauneuf, obispo de Grenoble.
El obispo, que al parecer tuvo una visión de estos hombres como si fueran siete estrellas, los instaló en una remota zona montañosa de los Alpes inferiores del Dauphiné, conocida como Chartreuse. Allí construyeron un oratorio y pequeñas celdas individuales, donde vivieron aislados, en pobreza, oración y estudio, fundando así la Orden de los Cartujos.
 
Bruno fue también escritor, y compuso comentarios a los Salmos y a las Epístolas de Pablo Apóstol, que revelan sus conocimientos de hebreo, griego y de los Padres de la Iglesia. En el arte católico se le representa a menudo con una calavera, un libro y una cruz, a veces coronado con un halo de siete estrellas.
            





