Desarrolló una infección cancerosa en el pie derecho que le causaba un dolor insoportable, y le programaron una amputación.
La noche antes de la operación, rezó ante un fresco de Cristo crucificado y experimentó una curación milagrosa de su pie. Este acontecimiento le convirtió en fuente de curación para muchos otros enfermos de cáncer y enfermedades graves.