El coste de fabricarlas y colocarlas en el mercado supera su valor nominal, por lo que el país optó por una alternativa más barata para mantener el suministro. Según el Jornal de Notícias, se importaron millones de monedas de 1 y 2 céntimos para cubrir las necesidades nacionales, evitando interrupciones en la circulación.
La producción nacional se redujo debido a los costes asociados, y la solución encontrada pasó por el cambio de moneda con otros países de la Unión Europea. Según la misma fuente, estos intercambios se produjeron en los últimos siete años, con la participación de Estados miembros que ya aplican el redondeo y han dejado de utilizar monedas de poco valor.
El periódico escribe que, en 2024, Portugal recibió 26 millones de monedas de 1 céntimo y 34 millones de monedas de 2 céntimos a cambio de 1,1 millones de monedas de 50 céntimos y 195.000 monedas de 2 euros, en un proceso llevado a cabo con Bélgica y Eslovaquia. La publicación añade que esta operación sigue las recomendaciones enviadas anualmente por el Banco de Portugal a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que evalúa las cantidades necesarias para la circulación.
No hay escasez
La misma fuente cita que el Ministerio de Finanzas confirmó que estas importaciones garantizan el abastecimiento entre 2018 y 2024, descartando la posibilidad de una escasez de este tipo de monedas. Aún así, el asunto llegó al Parlamento a través de una pregunta del Partido Socialista, que recibió denuncias de comerciantes y ciudadanos sobre las dificultades para obtener cambio, especialmente en mercados locales, pequeños establecimientos, peajes, máquinas expendedoras y transporte público.
La web explica que el Partido Socialista (PS) preguntó al Gobierno sobre la posible puesta en marcha de medidas para facilitar la circulación del efectivo o de campañas de concienciación para fomentar el uso de estas monedas. El Ejecutivo rechazó la posibilidad de implantar el redondeo de precios, manteniendo por ahora el sistema actual.
Jornal de Notícias indica que varios países de la zona euro han adoptado el redondeo automático del valor final pagado por el consumidor, como es el caso de Holanda, Bélgica, Finlandia, Irlanda, Italia, Eslovaquia, Estonia y Lituania. En estos mercados, los precios terminan necesariamente en cero o cinco céntimos, lo que reduce la circulación de monedas de 1 y 2 céntimos y simplifica el cambio.
En Portugal, la emisión de moneda sigue dependiendo del Ministerio de Finanzas a través de la Dirección General del Tesoro y Finanzas, siendo producida por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y puesta en circulación por el Banco de Portugal. Por ahora, no hay previsión de cambio del sistema, a pesar de la reducción de la producción nacional y de los cambios con socios europeos que ya han abandonado el uso de estas denominaciones.








