"Este artículo es una advertencia sobre la necesidad de adaptarse al cambio climático", declaró a la AFP Fabrice Pernet, investigador del Ifremer (Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar) y autor principal del estudio publicado en la revista Earth's Future.
Durante 14 meses, entre 2022 y 2023, los investigadores estudiaron la supervivencia de mejillones y ostras colocados en un recipiente lleno de agua sin filtrar procedente de la laguna de Thau (sur de Francia), una región con una importante actividad de cría de moluscos.
"Estamos lo más cerca posible de la verdad sobre el futuro", aseguró Pernet, precisando que los moluscos se sumergieron en la salinidad, el oxígeno, el fitoplancton, los virus y las bacterias de la laguna.
Para reproducir las condiciones previstas en 2050, 2075 y 2100, sólo se calentó el agua (de +1°C a +3°C) y se enriqueció con CO2 para simular la acidificación del océano.
Al final del experimento, la mortalidad de los mejillones era "casi total en todas las condiciones futuras de temperatura y acidificación", según el estudio, que califica los resultados de alarmantes.
"Se trata de un experimento cuyos resultados se ven corroborados por observaciones en el Mediterráneo oriental, donde ya estamos viendo episodios de mortalidad masiva en granjas de mejillones en Italia y Grecia", recordó Pernet.
Ostras
En comparación, las ostras han mostrado una mayor resistencia a las condiciones climáticas actuales y futuras.
Aunque su tasa de mortalidad es 1,5 veces superior, según el experimento que reproduce las condiciones previstas para 2100, estos bivalvos siguen teniendo una cómoda tasa de supervivencia de alrededor del 77%.
Sin embargo, su crecimiento se reduce un 40% en 2100 en comparación con las condiciones actuales, lo que podría suponer un aumento de los costes operativos y una exposición más prolongada a los riesgos medioambientales (algas tóxicas, contaminantes, patógenos, etc.) para alcanzar un tamaño comparable.
Para los investigadores, ya es urgente trabajar en estrategias de adaptación, como la selección de variedades más resistentes, el co-cultivo de moluscos con algas o el traslado de las actividades de cría de moluscos a mar abierto, donde la temperatura y la acidez del agua son menores.
"Estamos muy cerca del punto de inflexión", advirtió Pernet.








