Aunque el marco jurídico del Visado de Oro portugués -conocido oficialmente como Autorização de Residência para Investimento (ARI)- se mantiene estable, los recientes acontecimientos políticos han vuelto a centrar la atención en el futuro del derecho a la nacionalidad.


Marco jurídico actual: Legalmente estable, operativamente tenso

Según Tomás Assis Teixeira, abogado del bufete CCA de Lisboa, el Golden Visa sufrió reformas sustanciales en 2023. La inversión inmobiliaria se eliminó en gran medida de la lista de vías de cualificación, desplazando el foco hacia alternativas más socialmente responsables e impulsadas por el capital. Las actuales opciones de inversión cualificadas incluyen:

  • Transferencias de capital de al menos 500.000 euros a fondos de inversión portugueses admisibles;
  • Inversión de 500.000 euros en una empresa portuguesa, con creación o mantenimiento de puestos de trabajo;
  • Creación directa de al menos diez puestos de trabajo en Portugal;
  • Donaciones de 250.000 euros o más al patrimonio cultural o de 500.000 euros a la investigación científica.

Estos cambios ya están plenamente integrados en la legislación portuguesa, y no se esperan nuevas modificaciones en un futuro próximo. El marco se considera jurídicamente sólido, y los criterios para optar a las ayudas se mantienen sin cambios bajo el nuevo Gobierno de centro-derecha de Portugal.

Sin embargo, Teixeira señala que, si bien la estabilidad legislativa está intacta, la parte operativa del sistema -especialmente en la autoridad portuguesa de inmigración , AIMA- se enfrenta a importantes retrasos. "Esperamos que el nuevo Gobierno dé prioridad a las reformas estructurales en la AIMA para mejorar la eficacia y reducir los plazos de tramitación", afirma.

Revisión de las normas de ciudadanía: Un cambio potencial

Aunque por el momento no hay en marcha ningún cambio en las normas del Golden Visa en sí, cada vez preocupa más una posible ampliación del periodo mínimo de residencia que se exige actualmente para la naturalización. En la actualidad, los titulares de un ARI pueden solicitar la nacionalidad portuguesa tras cinco años de residencia legal, sin necesidad de residir en el país a tiempo completo, una ventaja clave para los inversores con movilidad internacional.

Mark Penney, Director de SunCap Visa, subraya que la norma de los cinco años está siendo revisada activamente. "Un cambio por parte del Gobierno de cinco a siete años antes de poder solicitar la nacionalidad podría suponer un retraso considerable", advirtió. "¿Nuestro consejo? Mejor llegar un día antes que dos años tarde".

La reciente evolución política de Portugal está desempeñando un papel importante. Tras las elecciones de mayo de 2025, las terceras convocadas de urgencia en otros tantos años, el Primer Ministro Luís Montenegro lidera ahora un gobierno en minoría, lo que significa que debe trabajar en coalición con otros partidos más pequeños. Aunque ha descartado cualquier alianza con el partido de extrema derecha Chega, la presión de otros posibles socios de coalición, comoIniciativa Liberal, ha puesto sobre la mesa nuevas propuestas. Entre ellas, la exigencia de unos criterios de naturalización más estrictos, como la ampliación de los requisitos de residencia, y unas condiciones de integración cultural o lingüística más estrictas.

Con el receso parlamentario de verano de 2025 previsto para el 16 de junio y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2026 en octubre, muchos observadores anticipan que cualquier cambio legislativo podría producirse este mismo otoño.

No hay enmiendas legales, pero el tiempo apremia

Teixeira, del CCA, confirma que "actualmente no se prevén modificaciones legislativas" en relación con la admisibilidad o la estructura del régimen del ARI. No obstante, señala que la reintroducción de opciones inmobiliarias -especialmente a través de vías socialmente responsables como la vivienda asequible o las iniciativas de construcción para alquilar- podría ser una evolución lógica y beneficiosa del programa, al alinear la inversión extranjera con las acuciantes necesidades nacionales.

Sin embargo, tanto Teixeira como Penney advierten de que, incluso si el régimen del ARI se mantiene intacto, el camino hacia la ciudadanía -que suele ser el objetivo final de muchos inversores- podría hacerse más largo y complejo. En virtud del principio tempus regit actum, sólo aquellos que presenten sus solicitudes antes de que entre en vigor cualquier cambio legal pueden tener garantizada la protección en virtud de las normas existentes.

Medidas estratégicas recomendadas a los inversores

Ante el creciente interés por Portugal de los particulares con grandes patrimonios, sobre todo del Reino Unido y Estados Unidos, la sensación de urgencia es cada vez mayor. "Muchos de nuestros clientes están acelerando sus solicitudes", afirma Penney. "Comprenden las ventajas que ofrece Portugal -seguridad, estilo de vida y eficiencia fiscal- y no quieren verse sorprendidos mientras los políticos deliberan".

Aunque las opciones alternativas de visado residencial, como los visados D7, D2 y de nómada digital, son cada vez más populares, por lo general requieren una presencia física más sustancial en Portugal, una limitación para muchos inversores con movilidad internacional. "El Golden Visa sigue siendo excepcionalmente flexible", añade Penney. "Nuestros clientes no solo quieren la residencia: quieren certidumbre y una ruta hacia la ciudadanía sin estar atados a un país a tiempo completo".

Conclusión: Portugal sigue abierto, por ahora

En Portugal residen actualmente más de 1,6 millones de extranjeros, en un país de 10 millones de habitantes, y los inmigrantes contribuyen en torno al 12% al sistema nacional de seguridad social. Por tanto, cualquier reforma de los plazos de naturalización tendrá implicaciones de gran alcance, tanto económicas como sociales.

El mensaje de los expertos jurídicos y asesores de inversión es claro: mientras el programa Golden Visa se mantenga estable, quienes deseen obtener la nacionalidad deben actuar sin demora. "Portugal sigue abierto a los negocios", concluye Penney, "pero el dinero inteligente ya se está moviendo, y rápido".

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