Según la DGS, esta campaña tiene como objetivo "proteger a los lactantes en los primeros meses de vida y reducir la susceptibilidad individual, la carga de enfermedad y el impacto en los servicios sanitarios, especialmente las visitas a urgencias y las hospitalizaciones por infecciones respiratorias."

"Esta será la segunda temporada en la que el anticuerpo monoclonal frente al VRS se pondrá a disposición de los pacientes pediátricos de forma gratuita, tras la campaña otoño-invierno 2024-2025, que supuso un importante hito en salud pública, logrando resultados significativos y positivos en el control y prevención de infecciones", ha destacado la autoridad sanitaria en una nota publicada en su página web.

La Campaña de Vacunación se realizará en maternidades de los sectores público, privado y social, para niños nacidos entre el 16 de septiembre de 2025 y el 31 de marzo de 2026, y en atención primaria y hospitales, para niños nacidos entre el 1 de junio y el 15 de septiembre de 2025, así como para niños prematuros o con otros factores de riesgo.

Según el Ministerio de Sanidad, el anticuerpo también se pondrá a disposición de los niños con mayores factores de riesgo de infección grave que entren en la segunda temporada estacional y que no hayan cumplido los 24 meses de edad el 30 de septiembre de 2025, independientemente de si fueron vacunados en la temporada anterior.

"Esta medida supone una apuesta sostenida por la prevención, la promoción de la salud infantil y el bienestar de las familias, priorizando el enfoque preventivo", subraya.

En declaraciones a la agencia de noticias Lusa en abril, la secretaria de Estado de Sanidad, Ana Povo, estimó que en la campaña otoño-invierno 2025-2026 se cubrirá a unos 76.000 niños.

En la última campaña, la vacunación tuvo como objetivo proteger a unos 62.000 niños, lo que supuso una inversión pública estimada de 13,6 millones de euros. Se inmunizó a bebés de entre cero y ocho meses de edad.

Según el secretario de Estado, hubo una disminución de aproximadamente el 85% en las hospitalizaciones en salas y cuidados intensivos de niños de hasta tres meses, y una reducción del 40% en los bebés de entre tres y seis meses.