Se trata, según los parlamentarios, del llamado Proyecto Híbrido Pinel, con componente fotovoltaica y eólica, que, de llevarse a cabo, se ubicará en los municipios alentejanos de Vidigueira, en el distrito de Beja, y Portel, en el distrito de Évora.

La Propuesta de Definición del Alcance (PDA) de esta inversión estuvo abierta a consulta pública hasta el día 4 de este mes en el portal Participa de la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente(APA) y se encuentra en fase de revisión.

La PDA es una fase preliminar a la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), que, ya detallando los cambios en el proyecto, se presentará en una fase posterior.

En su pregunta, los representantes aluden a una noticia publicada en la web del semanario Expresso el 20 de agosto, en la que se afirma que el proyecto está siendo desarrollado por Chint Solar, promotora de proyectos de energía solar en varios mercados europeos y propiedad del grupo chino Chint.

Oposición pública

"Este proyecto ha sido objeto de la oposición pública de ciudadanos preocupados por la destrucción del patrimonio natural y paisajístico de la región, dada la potencial destrucción de cientos de hectáreas de tierras agrícolas, ecosistemas y biodiversidad", subrayan los diputados firmantes.

Los diputados de Chega consideran que la envergadura del proyecto "plantea cuestiones centrales" sobre la soberanía energética nacional, en alusión a la supuesta "reducida independencia de las empresas chinas del Partido Comunista Chino y del aparato político y burocrático de Pekín".

"Incluso cuando cotizan en bolsa, esas empresas están sujetas a fuertes mecanismos de influencia y control político, lo que plantea serias dudas sobre su autonomía estratégica y la verdadera protección de los intereses nacionales en el uso del territorio brasileño", subrayan.

Con esta pregunta, el grupo parlamentario de Chega quiere saber si el proyecto es compatible con la conservación de la naturaleza, si se compensará a las comunidades locales y si los ministros son conscientes del nivel de injerencia del gobierno de Pekín en las empresas chinas.

"¿Qué medidas nacionales de salvaguardia se están aplicando para garantizar que la exploración del territorio portugués no se convierta en una vulnerabilidad que subordine al país a intereses externos desproporcionadamente favorables a la República Popular China?", es otra de las preguntas planteadas.

Según la propuesta del PDA, consultada por Lusa en el portal Participa, el proyecto consiste en una planta solar fotovoltaica, que incluye un sistema de almacenamiento en baterías, y un parque eólico, formado por dos aerogeneradores.

Las fincas donde se proyecta ocupan una superficie aproximada de 1.350 hectáreas, de las que 594,84 hectáreas corresponden a la planta solar.

La energía producida se verterá a la red eléctrica pública, según el documento, que estima que el proyecto tendrá una producción media anual de energía de 671 gigavatios-hora al año (GWh/año).