"Tenemos una actualización tarifaria, que es automática y que tiene que ver con el aumento del coste de la vida, con el aumento de la inflación, y que es deliberada, digamos, en términos nacionales", dijo a los periodistas el presidente de la AMP y del Ayuntamiento de Oporto, Pedro Duarte.

El asunto en cuestión era una propuesta, aprobada por unanimidad por los alcaldes presentes, para una "actualización periódica de las tarifas del transporte público de pasajeros (TAT), efectiva a partir del 1 de enero de 2026, en la AMP", que fue fijada en el 2,28% por la Autoridad de Movilidad y Transportes (AMT).

Los detalles concretos de cómo afectará su aplicación a los precios de los billetes ocasionales del Andante se definirán en diciembre, pero en la reunión de la CmP, la primera secretaria del comité ejecutivo de la AMP, Ariana Pinho, señaló que, si se aplica directamente el TAT, un billete de la Z2 podría pasar de 1,40 a 1,43 euros y "redondear hasta 1,45 euros".

El año pasado no hubo subidas en los billetes ocasionales ni en los abonos, que también mantuvieron su precio.

Pases mensuales

En cuanto a los abonos mensuales, Pedro Duarte señaló que se ha decidido "congelar" el precio, que en la mayoría de los casos es de 40 euros (abono metropolitano) o 30 euros (abono municipal o de tres zonas).

"Este precio seguirá siendo el mismo durante al menos un año más. Esto se hace, por supuesto, con esfuerzo por parte de los municipios, porque hay un déficit que se produce, pero asumimos esta responsabilidad como municipios, para que podamos seguir fomentando el uso del transporte público también en esta región metropolitana", defendió el presidente metropolitano.

El alcalde de Oporto subrayó que hay una política que "es social, asociada al transporte público, para apoyar a los más vulnerables y a los que tienen menos recursos económicos", pero también tiene que haber "sostenibilidad" en la "promoción de formas de movilidad que sean compatibles con la realidad actual de la mayoría de los grandes centros urbanos."

"Tenemos que ver el transporte público hoy como un bien público que al final beneficia a todos los que lo utilizan, pero que acaba beneficiando a toda la sociedad no sólo desde el punto de vista de las externalidades ambientales, sino naturalmente también al bienestar y a la calidad de vida de todas las personas", dijo, al ser preguntado por la sostenibilidad financiera de los servicios de transporte.