A medida que envejecemos, los cambios en el apetito no son infrecuentes, pero cuando un apetito que antes era saludable empieza a desaparecer, puede ser preocupante y confuso.
Tanto si se trata de un declive gradual como de un cambio repentino, la pérdida de apetito a una edad avanzada puede ser señal de una serie de problemas subyacentes, desde problemas de salud física hasta de bienestar emocional. Si no se aborda, la reducción de la ingesta de alimentos puede conducir a la desnutrición, la pérdida de peso y una disminución de la vitalidad general.
Nos hemos puesto en contacto con el Dr. Nick Thompson, gastroenterólogo consultor y presidente de la Asociación Británica de Nutrición Parenteral y Enteral (BAPEN), quien ha descrito siete razones comunes por las que puede disminuir el apetito -desde efectos secundarios de la medicación hasta problemas de movilidad- y ha ofrecido algunas estrategias prácticas para gestionar estos factores.
1. Movilidad
"A medida que te haces mayor, puede que te cueste llegar al supermercado porque no conduces o tienes una discapacidad o problemas de vista", reconoce Thompson. "Puede que sólo tengas acceso a la tienda de la esquina, y aunque caminar hasta allí es un buen ejercicio, puede que no te ofrezcan fruta o verdura fresca. Así que, si dependes de eso, puedes tener carencias de ciertos minerales o vitaminas, como la vitamina D o el selenio, lo que puede repercutir en tu apetito".
2. Mala dentadura
Una mala dentadura, que incluye problemas como la desalineación de los dientes, la falta de piezas dentales y el dolor bucal, puede afectar significativamente al apetito y a la ingesta de alimentos.
"La dentición suele empeorar en los adultos mayores, lo que puede repercutir en una disminución del apetito", explica Thompson. "Por ejemplo, a algunas personas les resulta más incómodo o difícil comer ciertos alimentos, por lo que los evitan por completo".
3. Depresión y salud mental
"Uno de los rasgos cardinales de la depresión es el cambio de apetito", destaca Thompson.
4. Medicación
"Cuanto mayor eres, más probable es que estés tomando medicación, y la polifarmacia [tomar varios medicamentos a la vez] puede tener un impacto en el apetito", dice Thompson. "Muchos antidepresivos y analgésicos en particular pueden tener un efecto sobre el apetito".
5. Soledad y aislamiento
"Con algunas personas mayores que viven solas, cuando les preguntas sobre lo que comen, a menudo dirán que no me puedo molestar", dice Thompson. "A menudo se trata de una persona mayor cuya pareja ha muerto, y ahora tienden a comer más aperitivos y cosas fáciles como sándwiches, y no cocinan como solían hacerlo. Así que el aislamiento y la soledad pueden influir mucho en el apetito".
Créditos: AP;
6. Enfermedad
"Muchas enfermedades repercuten en el apetito, y la probabilidad de enfermar tiende a aumentar a medida que se envejece", dice Thompson. "Hay algunos problemas intestinales, como el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO), que se vuelven más comunes a medida que envejeces y pueden afectar al apetito".
7. Estreñimiento
A medida que las personas envejecen, los procesos de su sistema digestivo tienden a ralentizarse, y también pueden ser más propensos a ciertas condiciones médicas y medicamentos que pueden contribuir al estreñimiento.
"Hay algunas enfermedades que son más comunes en los ancianos y pueden repercutir en el estreñimiento", dice Thompson. "Si tienes menos movilidad y tienes que guardar reposo en cama, por ejemplo, sueles estreñirte más. Cuando estás congestionado, a menudo no tienes tanta hambre".
Formas de contrarrestar estos efectos:
Como hay muchos factores que pueden influir en el apetito en la edad adulta, es importante reconocer cuál puede ser la causa en su caso, para poder empezar a pensar en formas de resolverlo.
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Hacer que comer sea social
"Los factores que contribuyen a reducir el apetito y el equilibrio de las razones serán diferentes para cada persona, así que es importante preguntarse por qué como menos", dice Thompson. "¿Es por la sociabilidad? ¿Hay alguna forma de solucionarlo? ¿Hay alguna forma de comer con la familia? Si comemos con otros, eso suele ayudar".
Revise su medicación
"No dejes de tomar ningún medicamento sin consultarlo antes con tu médico de cabecera, pero puede que merezca la pena pensar si alguno de tus medicamentos puede estar afectando a tu apetito, si estás preocupado por tu apetito y estás perdiendo peso", dice Thompson. En ese caso, se podría hablar con el médico de cabecera o con el prescriptor para saber si necesitas la medicación, o si puedes tomar una dosis más baja o cambiar a una alternativa que no tenga el mismo efecto".
"O puede que te digan que tienes que seguir tomando una medicación concreta, pero que te ayudarán a encontrar otra forma de aumentar la ingesta de alimentos".
Ejercicio
La actividad física regular puede contribuir a regular el apetito y favorecer el bienestar general.
"Si tienes más músculo, tendrás mayor funcionalidad y podrás hacer más cosas; es una relación directa", dice Thompson. "Por lo tanto, cualquier ejercicio que puedas hacer para preservar la movilidad y la fuerza con ayuda".
Piensa en tu dieta
"Las deficiencias vitamínicas, sobre todo de vitamina D, son muy comunes en las personas mayores", dice Thompson. "Piensa en tu dieta: ¿qué te falta? ¿Hay alguna forma de introducir fruta y verdura fresca en tu dieta?