"Los fallos de coordinación entre las distintas fuerzas retrasan el tiempo de respuesta a los incendios y aumentan su propagación. La creación de fuerzas de extinción de incendios forestales en Portugal reforzó la respuesta rápida a los incendios en zonas forestales. Sin embargo, también contribuyó a crear estructuras de mando poco claras entre la protección civil, el voluntariado y las fuerzas de extinción de incendios forestales", concluye la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico(OCDE) en el informe "Hacia una gestión integrada de los incendios rurales en Portugal", al que ha tenido acceso Lusa.
Las conclusiones preliminares de este proyecto, financiado por la Unión Europea y realizado en colaboración con la Agencia para la Gestión Integrada de Incendios Rurales (AGIF), fueron presentadas por técnicos de la OCDE a los diputados portugueses en la Asamblea de la República.
"Retos de coordinación"
El informe revela la existencia de "desafíos de coordinación" cuando los equipos especializados del Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques(ICNF) y las fuerzas de protección civil tienen que operar juntos, a pesar de que la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil(ANEPC) tiene la autoridad de mando.
"Estas lagunas de coordinación se amplifican aún más a nivel local, donde los bomberos voluntarios y otros actores de la extinción (por ejemplo, los bomberos municipales y la GNR) no siguen sistemáticamente la cadena jerárquica de mando de la ANEPC, lo que puede dar lugar a movilizaciones fragmentadas, tiempos de respuesta más lentos y una asignación menos eficiente de los recursos sobre el terreno", afirma el documento, que subraya que "esta falta de claridad ha planteado retos para la gestión operativa de los incendios en 2024".
Según la OCDE, estas situaciones reflejan retrasos en la movilización de fuerzas especializadas y una cadena de mando operativa poco clara durante las fases de ataque inicial y de presupresión (operaciones que tienen lugar después de que el incendio se haya declarado extinguido) debido a la diversidad de partes implicadas.
"Como resultado, los recursos se asignaron tarde o de forma insuficiente en un contexto de incendios múltiples y complejos", concluyen los expertos.
Los expertos de la OCDE señalan que Portugal inició una serie de reformas para mejorar la gestión de los incendios a partir de 2017 con la creación del Sistema Integrado de Gestión de Incendios Rurales (SGIFR), pero indican, los incendios de 2024 y 2025 revelaron que "podrían haberse contenido más si se hubieran acelerado las acciones en el marco del SGIFR."
Según esta organización, la introducción del SGIFR (Sistema Integrado de Gestión de Incendios Forestales) mejoró las condiciones institucionales, normativas y financieras para la gestión de los incendios forestales, clarificó las responsabilidades a nivel nacional, regional y municipal en materia de prevención y respuesta, creó la AGIF (Agencia de Gestión de Incendios Forestales) para coordinar a todos los actores implicados y desarrolló una estrategia unificada.
A partir de 2017, se crearon nuevos incentivos para promover las quemas controladas y los mosaicos estratégicos de combustible con el fin de reducir el riesgo de incendio, duplicándose la financiación pública para la gestión, y la prevención representa ahora casi la mitad del gasto total relacionado con los incendios.
"Sin embargo, la magnitud de los daños causados por los incendios forestales de 2024/2025 apunta a la necesidad de acelerar la aplicación de las reformas. En 2024, 35 incendios quemaron más de 500 hectáreas, lo que representa el 84% de la superficie total quemada anualmente, y el verano de 2025 volvió a ver incendios de dimensiones excepcionales, superando la superficie quemada por los incendios que desencadenaron las reformas en Portugal en 2017", afirma la OCDE, que subraya que estos incendios revelaron "varias deficiencias."
Además de los "fallos de coordinación", la OCDE señala algunas deficiencias en materia de prevención, como "un elevado número de incendios provocados por el hombre", la persistencia de lagunas en el cumplimiento de los objetivos de gestión del combustible y las disputas locales sobre los mapas de riesgo y peligro de incendios.
"Esto retrasa la adopción de planes municipales de aplicación de medidas de gestión de incendios, esenciales para obtener financiación y aplicar la normativa contra incendios", subraya el documento, que también lamenta que "no exista un registro sistemático de las pérdidas y daños causados por los incendios forestales".
Para que el país cree "un marco institucional más sólido", la OCDE recomienda aclarar las funciones y estructuras de mando de los bomberos y reforzar su capacidad.
La organización también propone el desarrollo de "una estrategia de financiación a largo plazo para los incendios forestales, con el fin de aumentar la eficacia del gasto en gestión de incendios forestales."






