Se trata de un comunicado publicado el miércoles 22 de octubre por el Departamento de Educación del Ayuntamiento de Lisboa en la plataforma SIGA, en el que se informa a los alumnos sobre los procedimientos para acceder a comidas vegetarianas en los comedores escolares públicos. También revelaba que, a partir del 1 de enero de 2026, la opción vegetariana dejaría de leerse en el panel de reservas, ya que dejaría de estar disponible de forma puntual u ocasional y pasaría a estar "reservada exclusivamente a los casos en que la dieta vegetariana se adopte de forma continuada y estructurada."

Cinco días después de este anuncio, surgió una petición exigiendo la continuación del suministro ilimitado de comidas vegetarianas en las escuelas públicas de Lisboa. A las 17.30 horas del 27 de octubre, había reunido más de 3.800 firmas. La consejera de Educación, Sofia Athayde, anunció que había dado instrucciones a los departamentos para que esta decisión "sea ineficaz y que los cambios comunicados sean reevaluados y se estudien mejores soluciones para conciliar las opciones alimentarias de las familias para sus alumnos con nuevas y reforzadas políticas eficaces de reducción del desperdicio alimentario".

Antes de esta marcha atrás, la organización ecologista WWF Portugal expresó su "gran preocupación" por la decisión del Ayuntamiento de Lisboa de eliminar las comidas vegetarianas como opción única en las escuelas públicas, advirtiendo de un "paso atrás" en la política de comidas escolares.

"Al asumir que los niños no vegetarianos deben consumir proteínas animales todos los días, el Ayuntamiento no tiene en cuenta las pruebas científicas que demuestran el impacto que las dietas tienen sobre la salud y el planeta. Los sistemas alimentarios son responsables de cerca del 30% de las emisiones de CO₂ [dióxido de carbono] en Portugal y tienen una importante huella hídrica, especialmente en el caso de la carne de vacuno", advirtió la organización ecologista en un comunicado.

El jueves 23 de octubre, en una respuesta a la agencia de noticias Lusa, la oficina de la concejala de Educación, Sofia Athayde (CDS-PP), afirmó que "no es cierto que la libre elección de comidas vegetarianas vaya a terminar", explicando que lo que está en juego "no es un cambio, sino una aclaración de las normas que ya existían" para "reducir significativamente el desperdicio de alimentos causado por la imprevisibilidad del número de comidas que deben prepararse cada día."

En la petición para continuar con la programación gratuita de comidas vegetarianas, los responsables argumentaron que la decisión de la ciudad de limitar esta opción "es inaceptable y representa un retroceso en las políticas de sostenibilidad, libertad de elección y educación nutricional."

"Limitar el acceso a la comida vegetariana sólo a aquellos que 'adoptan formalmente una dieta permanente' es una forma de discriminación alimentaria, contraria al espíritu de la Ley nº 11/2017, que pretende precisamente garantizar el derecho a una opción vegetariana en los comedores públicos, sin imposiciones ni barreras administrativas", reza la petición pública.

Exigiendo que el Ayuntamiento de Lisboa revoque la decisión de eliminar la opción vegetariana del panel de horarios, los peticionarios también mencionan que muchos tutores y estudiantes eligen comidas vegetarianas por razones de salud, medioambientales, éticas o de preferencia personal.